3

731 90 7
                                    


—Ya me tengo que ir... —murmuró entre besos.

Cosa que fue totalmente ignorada por Barbara, quien disfrutaba del toque tan suave de los labios de Gala sobre los de ella.

Estaban metidas en el último cúbico del baño dentro del gimnasio de usos múltiples  que estaba a un costado el campo de fútbol de la universidad. Ese era su "lugar secreto" ya que a la hora que ellas iban nadie estaba por ahí y no podían escucharlas.

Las manos de Islas se sostenían del cuello de la más alta quien poco a poco comenzó a soltar el agarre que tenía en la cintura de la otra mujer, dándole a entender que debía parar.

—Barbie...

Eran casi la una, y había quedado con la profesora Pindter que debía estar ahí al final de las clases, y bueno, el camino del campo hasta el primer edificio donde Karime impartía clases no era un camino ni corto, ni rápido.

Barbara suspiró, su aliento chocando contra los labios de Gala mientras aún se aferraba a ella. —Siempre te tienes que ir cuando más divertida está la cosa —se quejó en un susurro para ir acercándose y darle un último beso lento y un tanto provocador, como intentando convencerla de quedarse un poco más.

—Tengo que ir a entregarle el poema.

Barbara rodó los ojos y finalmente la soltó, se dio la vuelta y por fin alejándose de Montes. —¿Que escribiste al final?

—No quieres saber... —dijo la pelirroja con burla.

Ya habían salido del cubículo y ambas estaban frente a los espejos del lavamanos, arreglando su cabello, su ropa y por su parte Barbara volvía a poner un poco de gloss en sus labios.

—Krista me "disque" ayudó, pero es muy ammm... puaj —dijo haciendo reír a la castaña.

Pronto y luego de esperar unos minutos a que el pequeño bulto entre los pantalones baggy de Montes terminará de bajar por completo finalmente ambas salieron del gimnasio para adentrarse al campus.

—Te veo mañana, guapa. —Barbara se inclinó y beso la mejilla de Gala antes de que la otra chica tomara un rumbo distinto.

Eran casi la 1:15 por lo que apenas vio que Barbara se alejaba apretó el agarre de su mochila que tenía colgando de un solo hombro y comenzó a subir las escaleras. El salón asignado para Karime era el último del último piso del primer edificio.

Notó que no había mucha gente por los pasillos y se asustó al ver que la puerta del aula estaba cerrada así que cuando estuvo frente a ella tocó un par de veces.

—¡Adelante! —la voz de Karime resonó desde adentro, por lo que la mujer más alta suspiró aliviada y entró.

Gala entró al salón algo nerviosa, cerrando la puerta detrás de ella, Karime estaba de pie junto a su escritorio, hojeando unos papeles, pero al ver a su estudiante sonrió, como si de verdad le diera gusto verla.

—Vaya, Montes. —río. —Pensé que ya te habías echado para atrás. —dijo la pelinegra sin quitar la mirada de ella mientras se acercaba y se apoyaba en el borde del escritorio.

Una vez más, su atuendo era impecable. Parecía ser que cada conjunto estaba hecho a su medida, ya que su cintura se veía totalmente definida, y se ajustaba a los extremos debidos. Su maquillaje era perfecto, tenía los colores exactos para que sus facciones resaltaran de la mejor manera, su manos con un perfecto manicura y más algo que no notó la vez anterior, un tatuaje con la letra "A" en cursiva marcando su pálida piel.

Gala se sonrojó un poco y caminó gasta estar frente a su escritorio, tratando de disimular su nerviosismo con una sonrisa mientras, una vez ahí comenzo a sacar un par de hojas arrugadas de su mochila.
—Nah, profe, solo que me agarraron las prisas... —dijo en tono medio bromista.

with or without you / garime Donde viven las historias. Descúbrelo ahora