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Madison cerró la caja y la guardó en su closet, asegurándola con un pequeño candado antes de guardar la llave. No quería llevarse esos recuerdos consigo; prefería verlos cuando ya no dolieran tanto y pudiera recordar solo lo bueno.
Tomó sus maletas y miró una última vez su habitación, grabando en su memoria cada detalle. Cerró la puerta y bajó las escaleras, donde su padre la esperaba afuera. También estaban Sidney y Dewey, este último sentado en la acera comiéndose un helado, tratando de encontrar consuelo en los pequeños placeres.
Sidney: Te extrañaré, Madi. Fuiste muy valiente. –dijo, dándole un abrazo.
Madison: (Sonriendo) Lo mismo te digo, Sid.
Dewey se acercó, con una expresión mezcla de tristeza y orgullo.
Dewey: Madison, quiero que sepas que eres una de las personas más fuertes que he conocido. Sé que tienes un gran futuro por delante, a pesar de todo lo que has pasado.
Madison sonrió, apreciando sus palabras.
Madison: Gracias, Dewey. Todo esto ha sido una locura, pero estoy agradecida de tener amigos como ustedes.
El Sheriff Blake se acercó y abrazó a su hija con fuerza, el amor y la preocupación reflejados en sus ojos.
Sheriff Blake: Madison, siempre estaré aquí para ti. No importa la distancia, siempre puedes contar conmigo.
Madison asintió, sintiéndose más fuerte con el apoyo de su familia y amigos.
Madison: Lo sé, papá. Gracias por todo.
Con una última mirada a su hogar, Madison subió al coche, lista para comenzar su viaje de regreso a California. Mientras se alejaba, sentía una mezcla de tristeza y esperanza, sabiendo que este era el comienzo de un nuevo capítulo en su vida.
El viaje a California fue largo y lleno de emociones para Madison. Cuando finalmente llegó, sentía una mezcla de nervios y esperanza. Su tía había sido una figura materna importante para ella, y sus amigas de la secundaria, Verónica y Betty, habían sido su sostén antes de mudarse a Woodsboro.
Al acercarse a la casa de su tía, vio a Verónica y Betty esperándola ansiosas en la entrada, sus rostros llenos de alegría y preocupación. Madison sintió un nudo en la garganta mientras recuerdos de todo lo que había pasado la inundaban: desde el terror de Ghostface, hasta la desgarradora revelación de que Billy, su novio, era el asesino.
Verónica: ¡Madi! ¡No sabes cuánto te hemos extrañado!
Betty: Hemos estado tan preocupadas por ti. No podemos creer todo lo que has pasado.
Madison bajó del coche y fue recibida con abrazos cálidos y lágrimas de felicidad. El sentimiento de estar rodeada por personas que la amaban y la apoyaban le dio una sensación de alivio y confort. Las palabras de sus amigas eran un bálsamo para su alma herida.
Madison: Yo también las he extrañado tanto. Es bueno estar de vuelta.
Su tía salió de la casa, con los brazos abiertos y una sonrisa llena de amor. Ver a su tía la hizo sentirse aún más nostálgica y reconfortada.
Tía: Madison, cariño, estamos tan felices de tenerte aquí. Esta es tu casa, y siempre lo será.
Madison: Gracias, tía. No sabes cuánto significa esto para mí.
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Scream Girl
HorrorMadison Blake, hija del Sheriff Blake, se muda a Woodsboro desde California para estar más cerca de su padre. Dejó su vida cómoda y normal en California, buscando comenzar de nuevo en esta pequeña ciudad marcada por la tragedia. Hace casi un año, Gh...