6: An exit to clear your mind

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El fin de semana llegó, y con él la promesa de un respiro en medio del caos. Billy pasó por la casa de Madison para recogerla. Llevaba una camiseta negra y jeans, y había una calidez en su sonrisa que tranquilizó a Madison.

Billy: ¿Lista para salir? Pensé que podríamos ir al parque y luego a una cafetería que conozco. Tiene la mejor tarta de manzana.

Madison: Eso suena perfecto, Billy. Gracias por esto.

El parque estaba tranquilo, con el sol brillando y una ligera brisa que hacía que las hojas de los árboles susurraran. Caminaban juntos, hablando de cosas triviales para distraerse del horror que había sacudido sus vidas. Billy hizo todo lo posible para hacerla reír, y por un momento, Madison pudo olvidar sus preocupaciones.

Después de un rato, se dirigieron a la cafetería que Billy había mencionado. Era un lugar pequeño y acogedor, con un ambiente familiar y un aroma tentador a café y pasteles recién horneados. Se sentaron junto a la ventana y pidieron dos porciones de tarta de manzana.

Billy: Siempre venía aquí cuando necesitaba despejarme. Es mi lugar tranquilo.

Madison: Es encantador. Gracias por traerme aquí.

Mientras disfrutaban de la tarta, la conversación se volvió más personal.

Billy: ¿Cómo te has estado adaptando a Woodsboro?

Madison: Ha sido un poco difícil. Antes vivía en California con mi tía. Mi madre nos abandonó cuando era pequeña, así que siempre he estado solo con mi padre. Mudarnos aquí fue un gran cambio.

Billy sintió una conexión instantánea con Madison al escuchar su historia. Sus propios sentimientos de abandono y traición resonaban con lo que ella había pasado.

Billy: Lo siento mucho, Madison. Debe haber sido muy duro. Mi madre también me dejó cuando era joven, así que sé cómo se siente.

Madison: Es difícil, pero trato de mantenerme fuerte. Mi padre ha sido mi roca, siempre cuidándome. Pero a veces siento que algo falta.

Billy se inclinó un poco más hacia ella, sintiendo una creciente atracción.

Billy: Entiendo perfectamente. Es como si una parte de ti siempre estuviera buscando respuestas, ¿verdad?

Madison: Sí, exactamente. Gracias por escucharme, Billy. Es raro encontrar a alguien que realmente entienda.

Billy: Siempre estoy aquí para ti, Madison. No tienes que pasar por esto sola.

Madison sonrió, agradecida por la conexión que estaba formando con Billy.

El ambiente se volvió más íntimo, y Billy, sintiendo la conexión entre ellos, se inclinó lentamente hacia Madison. Ella no se apartó, y sus labios se encontraron en un beso suave y lleno de emoción. Fue un momento de consuelo y esperanza en medio de la tormenta que los rodeaba.

Después del beso en la cafetería, tanto Billy como Madison sintieron una mezcla de emociones. Mientras caminaban de regreso a casa, el silencio entre ellos era cómodo, pero cargado de pensamientos y sentimientos no expresados.

Billy: Madison, quiero que sepas que este día ha sido muy especial para mí. No esperaba sentirme así, pero estoy feliz de haberlo compartido contigo.

Madison sonrió, sintiendo una calidez en su corazón que no había experimentado en mucho tiempo.

Madison: Para mí también ha sido especial, Billy. Gracias por hacerme sentir mejor y por estar aquí.

Billy la miró con una intensidad que la hizo sentir vulnerable y segura al mismo tiempo.

Billy: No tienes que agradecerme. Quiero estar aquí para ti, siempre.

Madison sintió una conexión profunda con Billy, algo que iba más allá de las palabras. Aunque había una sombra de duda en su corazón, en ese momento se sentía segura con él.

Madison: Billy, sé que todo esto es complicado, pero estoy agradecida de tenerte a mi lado.

Billy asintió, sintiendo una mezcla de satisfacción y conflicto interno. Sabía que sus sentimientos por Madison eran genuinos, pero también estaba consciente de la oscuridad que llevaba dentro.

Billy: Lo sé, Madison. Y prometo que siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase.

Al llegar a la casa de Madison, se despidieron con un abrazo. Madison entró en su habitación, sintiéndose más ligera y esperanzada. Caminó hacia la ventana y miró hacia la casa de Casey. Las luces estaban apagadas y la casa estaba llena de cintas de seguridad, un recordatorio constante del horror reciente. Apenas unas noches atrás, ellas habían hecho una pijamada, riéndose y compartiendo secretos. Y ahora, Casey ya no estaba.

Madison (pensando): Anoche mismo estábamos juntas... No puedo creer que ya no estés aquí.

Dejó a un lado esos pensamientos, cerró su ventana, fue al baño a hacer sus necesidades y se cambió de ropa por una más cómoda, su pijama, y seguido de eso, fue directamente a dormir.

Mientras tanto, Billy caminaba de regreso a su casa, sus pensamientos enredados con los eventos del día. Sentía una conexión genuina con Madison, pero también sabía que su oscuro secreto podría destruir todo lo que estaban construyendo.

Scream GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora