13

2 2 0
                                    

El Despertar del Corazón del Oso

Mientras Beko, Uldru y Oski emergían de las profundidades de la fortaleza, el Corazón del Oso en manos de Beko brillaba con una intensidad creciente. Su luz dorada iluminaba el oscuro pasillo, infundiendo a los tres una renovada sensación de poder y propósito. Sabían que lo que habían logrado era monumental, pero también entendían que el verdadero desafío estaba a punto de comenzar.

El Retorno al Clan del Oso

El camino de regreso fue rápido. Parecía que la propia fortaleza deseaba que salieran, pues el viaje hacia la superficie, que había tomado horas al descender, se sintió como un suspiro. Pronto se encontraron de nuevo bajo las estrellas, en el frío aire de la noche. Al salir, fueron recibidos por el capitán del Clan del Oso y sus guerreros, que aguardaban con preocupación y esperanza.

El capitán, un hombre de ojos severos pero sabios, miró a Beko y al Corazón del Oso con reverencia.

El capítan de Clan del Oso
—El Oráculo ya nos advirtió— dijo, sus palabras cargadas de gravedad. —Debemos partir inmediatamente hacia el Templo de Aelor. No hay tiempo que perder.

Beko asintió, consciente de la urgencia de la situación. A pesar de la fatiga, los tres sabían que el Corazón del Oso debía ser llevado al Templo cuanto antes. Su poder era esencial para la protección de las gemas y para enfrentar la oscuridad que se avecinaba.

El Viaje hacia el Templo de Aelor

Tras haber superado las pruebas en la fortaleza y haber asegurado el Corazón del Oso, Beko, Uldru y Oski emergieron con un renovado sentido de propósito. La misión que habían iniciado como un desafío personal ahora se había convertido en un deber sagrado. No solo sus propias vidas dependían del éxito, sino también el destino de todos los clanes y del mundo mismo.

Mientras descansaban brevemente en los límites de la fortaleza del Clan del Oso, se les unieron dos figuras conocidas: Julia y Jess. Julia, con su astucia y habilidades en la magia, y Jess, una guerrera con una destreza impresionante, eran miembros clave en la lucha contra la oscuridad que se cernía sobre el mundo. Ambas habían estado siguiendo de cerca los acontecimientos y sabían que su lugar estaba junto a Beko y los demás en esta crucial misión.

Una Despedida Respetuosa

El Capitán del Clan del Oso, que había guiado y protegido al grupo hasta ese momento, se detuvo cuando llegaron a los límites de su territorio. Los vastos bosques y montañas que caracterizaban la tierra del Clan del Oso se extendían ante ellos, pero más allá de estos, se encontraba el territorio neutral que los conduciría al Templo de Aelor.

Capitán del Clan del Oso
—Aquí es donde nuestra compañía debe separarse— dijo su voz llena de respeto y determinación. —Tengo que regresar a la fortaleza para asegurarme de que esté preparada para lo que viene. Confiamos en ustedes para llevar el Corazón del Oso al Templo de Aelor. Su éxito es crucial para la supervivencia de todos los clanes.

Beko, con el Corazón del Oso aún pulsando débilmente en su pecho, asintió. —No fallaremos— prometió.

Los guerreros del Clan del Oso, alineados junto a su Capitán, levantaron sus armas en un gesto de despedida y respeto, mientras Beko, Uldru, Oski, Julia y Jess se preparaban para continuar solos.

El Camino hacia lo Desconocido

Con la partida del Capitán y sus hombres, el grupo de cinco avanzó en silencio. La tarea que tenían por delante era tan peligrosa como importante. El Templo de Aelor, situado en lo alto de una montaña sagrada, estaba a varios días de marcha, y el camino no sería fácil.

Las Cronicas De Los Clanes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora