CAPITULO 20

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La indecisión y confusión tardaron más de lo esperado en "desaparecer" o más bien esclarecer la postura de la mujer frente a la oscuridad qué parecia aferrarse a ella los ultimos meses, sin embargo, no habia desaprovechado el tiempo sentada y esperando que su mente se iluminara, por el contrario, habia comenzado a trabajar y a falta de tiempo habia optado por crear una nueva rutina con sus hijas, la cual no solo le permitia pasar tiempo con ellas, también le daba el tiempo para realizar sus labores en el hogar y del trabajo, además que daba la oportunidad perfecta para que sus niñas pasarán tiempo con su padre y ella no tuviera sus tortuosos ojos encima buscando una respuesta que realmente aún no tenía, y que muy a su pesar dudaba en tener por el momento, porque la unica verdad que conocia en esos dias era que de alguna forma el amor a veces no es suficiente, porque ¿De que servía quererse tanto si cualquier cosa podía separarlos? Dolía decirlo y le costó mucho entenderlo en las interminables noches en vela que había estado viviendo, pero aún con el corazón roto llegó a la que considero su única verdad, el verdadero amor como el que ella sabia que sentia por el, era capaz de reconocer que algunas veces hacerse a un lado para brindar su propio espacio era lo mejor, al principio no quiso aceptarlo pero sabia que sus inseguridades y su ansiedad habian logrado afectarlo a el, quien denotaba su intento por no ahogarse en aquel sentimiento, mientras que ella debido a su negativa y falta de visión también salió lastimada, y ahora no sabía si poder sacarlo a el de ahí, sin antes curarse, o si el resistiria... Sonaba confuso y hasta exagerado, pero solo hacia falta vivirlo para comprenderlo, un simple corazón roto había traído más emociones y sentimientos que cualquier otra cosa en su vida y aunque fuera difícil decirlo, aún estaba descifrando como lidiarlo, sin perder lo que sabía que era importante para ella.
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DIAS DESPUÉS.
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Habían dado las cinco cuando aún con el cansancio albergando en su cuerpo ingreso con una sonrisa en su rostro, y recibió gustoso a sus pequeñas hijas, quienes se lanzaron a sus brazos con aquella felicidad que las caracterizaba, y que los ultimos días, más que nunca parecían ser su motivo mas preciado para continuar dia a día.

- Te extrañamos papi- Confiesan las hermanas en medio de un susurro.

- Y yo a ustedes mis niñas- Asegura dejando un beso en la frente de ambas. - ¿Ya hicieron la tarea?- Pregunta dejándolas en el suelo.

-Si- Asegura Towa.

- Mami nos ayudó- Explica su gemela, Setsuna.

- Pero podemos colorear- Sugiere una vez más la albina.

- Sii- Concuerda la castaña.

- ¡Bien! Vamos- Asegura el Taisho con una sonrisa y guiando a sus hijas hasta la segunda planta.

En dónde como las hermanas habían pedido, busco los libros para colorear y se sentó junto a ellas en la pequeña mesa al centro del cuarto, en la que a duras penas cabía, pero debido a su interes de consentir a las niñas hacia su mayor esfuerzo por mantenerse ahí. Lo que hizo durante la siguiente hora, aún con calambres y cansado gracias al largo día en aquella oficina que ya le estaba empezando a hastiar, se mantuvo ahí, converso un rato con ellas, acabaron el enorme libro para colorear que les regaló después de meses, y finalmente acudieron al llamado de la castaña para que las niñas fueran a cenar, lo que indicaba su momento de partir de la vivienda muy a su pesar.

Las niñas ya estaban en la mesa, y el  había ido hasta la cocina por un vaso de agua, la realidad era que no tenia ni una pizca de sed, simplemente usaba aquello como una estrategia para coincidir con la castaña, quien parecía huir de su presencia y fingir no saber que el lo notaba. Ingreso despacio y fijo su vista en ella, que está de espaldas y sirviendo lo que parecía ser una especie de jugo; tomo un vaso y abrió la nevera, sirvió un poco de agua y se giro para apoyarse en el mesón y beber el líquido mientras mantenía su mirada fija en la mujer.

- Terminaron el libro para colorear- Musitá en un intento de iniciar una conversación.

- Entonces hay que comprar otros- Responde sin girarse. - ¿Puedes hacerlo?- Completa tomando los vasos y a punto de salir de la cocina.

- Claro- Asegura mientras la ve salir.

Para dejar el vaso en el mesón con pesadez y salir de la cocina en busca de la salida a un paso más bien apresurado, hasta que para su sorpresa y gracia, la retumbante voz de la mujer que aún seguia siendo su esposa, resonó en sus oídos, y casi desesperado se giro para verla.

- Si quieres puedes quedarte a cenar- Anuncia con tranquilidad mientras camina de regreso a la cocina.

- Me gustaría...- Musitá con una leve sonrisa.

Camino hasta la mesa y tomo asiento junto a sus hijas, a los minutos la mujer apareció frente a el y depósito suavemente un plato con alimentos sobre la mesa, después apareció con una jarra de jugo y dos vasos, para hacerle una seña de que se sirviera al gusto, para nuevamente desaparecer por el pasillo y finalmente volver y sentarse junto a su plato, servirse un poco de jugo y degustar la comida en lo que parecía ser el más incómodo silencio.

- Papá les comprará un nuevo libro- Informa la castaña luego de varios minutos, y en un intento por disimular su incomodidad.

- Papi ¿Puede ser de princesas?- Inquier Setsuna.

- Mejor de animales- La contradice su hermana.

- No Towa, de princesas- La reprende la castaña a los segundos.

Logrando así arrancarle una leve risa a sus padres, quienes se limitaron a escuchar su inocente discusión.

- Suny, los animales son mucho mejores- Insiste la pelíplata.

- Pero las princesas son más lindas- Le recuerda.

- Pero quiero animales- Asegura la albina en un tono más molesto.

- Papi puede comprarle uno de animales a Towa y uno de princesas a Suny- Interviene Rin en un intento por evitar que la discusión escalara a más.

- ¿Puedes papi?- Inquieren las niñas al unisono.

- Claro que sí mis niñas- Asegura con una sonrisa antes de tomar un sorbo de jugo.

- Ahora dejen de pelearse y coman- Pide su madre incitandolas a terminar su plato.

Las gemelas acataron la orden de la mujer y a los segundos reanudaron su comida, con más entusiasmo que antes y al parecer más apetito. Aquella nueva acción les dejo muy en claro a ambos padres, que sus hijas eran faciles de influenciar, solo basto una pequeña charla y ambas mejoraron su actitud, de alguna forma eso les tranquilizaba, porque demostraba que a pesar de lo que habían estado viviendo y de los cambios notorios en su hogar, no habían sido del todo afectadas y seguían siendo las mismas de siempre.

En cuanto la cena acabo, está vez el hombre partió del recinto, un poco más calmado y con las ideas un poco mas claras, a diferencia de la mujer, quien ahora parecía ser la que luchaba por no ahogarse y hallar una salida, sin embargo, aquella noche a pesar de su perseverante negativa los últimos días, parecía haberse convertido en una especie de respuesta. Huir solo servía para confundirla más, por el contrario, tenerlo al frente hacia que su raciocinio la traicionara, pero era mejor eso a quedarse inmóvil y ver cómo poco a poco todo se demoronaba más.
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CONTINUARA...

Si llegaste hasta aquí, gracias por leer preciosuraa.♥️






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