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CAPÍTULO CUATRO
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Los chicos se reunieron en la casa de Seungmin en la mañana, sabiendo que podría ser el primero que recojan, simplemente querían ahorrarse las despedidas de sus padres. Maléfica le terminaba de decir algunas cosas a su hijo que lo escuchaba serio y a veces asintiendo con la cabeza, Changbin lo miro haciendo una seña para ya irse pues ya venía el carro acercándose.

En Noxterra no existían carros, los pequeños sabían de su existencia por la pequeña información que le daba sus padres y por cómo se veían algunos de ellos ya desmantelados o quemados, así que verlo se hizo la atracción de todo el mundo que se juntaron a observar sobre todo los pequeños, con gran admiración.

— Algún día, yo tendré uno de esos — un niño pelinegro hablo y el otro niño solo le sonrió.

— Sunoo — llamo su madre al pequeño y Hyunjin le hizo una seña para que fuera con ella, la reina de corazones saludo al hijo de Hades y se retiró.

Seungmin llego casi corriendo y puso una cara de frustración cuando vio que Sunoo ya estaba lejos. Aquellos alfas tenían una debilidad por el pequeño que simplemente no dejaba de sonreír ante cualquier cosa, discretamente cada uno se preguntaba quien lo protegería en la escuela ya que aquel niño nunca era capaz de defenderse, Sunoo era un niño especial porque conservaba esa bondad a pesar de quien era su madre y que tan jodida estaba la sociedad.

— Kim Seungmin —el chico asintió sin tantas vueltas.

— Aquí también están Lee Minho, Hwang Hyunjin y Seo Changbin — el chico asintió al ver a cada uno y pidió sus identificaciones, los chicos se miraron y sacaron las tarjetas que les daban ni bien nacían, como una tarjeta de cartón inservible que apenas cuidaban, el chofer asintió y sin mas se dirigieron al nuevo mundo.

Ni bien se sentaron en la lujosa camioneta, el carro arranco sin dejarlos ver bien a toda la gente que estaba alrededor. Lo primero que vieron al salir fue una luz que los dejo momentáneamente ciegos, ni siquiera comprendiendo la razón por la de tanta luz.

— ¿Qué es esta mierda? —escucharon a Minho susurrar, el chofer rio.

— La luz, señores, el día.

Seungmin había escuchado de esto en sus charlas con Maléfica, pero nunca imaginó que llegaría a verlo. En su hogar, la oscuridad era constante, la noche eterna. Vivir en un mundo sin sol, donde el cielo siempre estaba cubierto por nubes grises, era lo único que conocían él y sus amigos. Pero Elyria... Elyria era otro mundo.

El sol brillaba por encima, iluminando un paisaje lleno de vida. Los árboles, gigantes y verdes, se alzaban hacia un cielo despejado, donde las nubes eran blancas, suaves, como nunca había visto. En vez de la constante penumbra, había un resplandor cálido que envolvía todo. Las montañas, cubiertas de flores, parecían salidas de un sueño. Todo era tan... diferente, tan hermoso, que Seungmin casi no podía creerlo. No solo era un cambio de paisaje, sino un recordatorio de todo lo que nunca había conocido: luz, color, aire limpio. Elyria, finalmente, le mostraba un mundo en el que la oscuridad no era la única realidad.

𝐒𝐊𝐘𝐅𝐀𝐋𝐋 - 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐲 𝐤𝐢𝐝𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora