Me levanté con Billie durmiendo a mí lado. Mis recuerdos sobre ayer eran borrosos, pero me acordaba lo suficiente, lo justo.
Miré a la hermosa chica que dormía a mí lado, me quedé contemplando su belleza por un largo rato, hasta que la ví moverse.
-¿Hace cuánto estás mirándome?...
-No lo sé, no tengo ni idea de la hora.
-Bueno, es sábado, la hora no importa... Vamos, desayunemos y salgamos.
-No tengo hambre todavía.- Hice una mueca de asco.
-No estás desayunando, eso ocurre. Tienes el estómago cerrado... Vamos, así luego salimos a dar una vuelta.
-¿Dar una vuelta?... Billie, porfavor no. Quiero volver a casa.
-Tu casa está siendo limpiada en...- Miró su celular, específicamente la hora.- En este momento.- Volvió su vista a mí y me sonrió.
-¿Cuándo volveré?...
-Mañana, o hoy si eso quieres.
-Hoy... Quiero estar en casa.
-¿No te gusta mí mini departamento?.- Reí.
-No es eso.- Alargue la última palabra.
-Oye, es pequeño pero acojedor.
-Lo sé, pero muy pequeño para mí gusto.- Dije siguiendo el juego.
-Sí, pensándolo bien... Me gustaría algo más grande.- Alcé una ceja.- No malinterpretes, malpensada.- Reímos las dos juntas.
-Pues, deberías venir a vivir conmigo.- Hablaba muy en serio. Su expresión cambió.- En verdad, es buena idea... La casa se siente sola, es muy grande para mí pequeña presencia.
-Me encantaría, de verdad, créeme.
-¿Pero...?.
-¿Tú estás segura?.
-Claro que sí, me haría bien tu compañía.
La mañana se basó en una Billie enojada por una yo rehusada a desayunar. Talvez parezca exagerado, pero demonios, me daba asco pensar en comida a estas horas.
Aún así, me ví obligada a terminar mí licuado de banana y... Zanahoria.
Sí, yo también lo juzgué al principio, pero esa mierda sabe bien.
(...)
-Tu casa está lista, podemos ir si quieres...
-Sí, genial, vayamos.
-Prometeme que no volverás a encerrarte...
-Bill, yo... Hablaremos de eso cuando esté lista.
-Está bien, tranquila.- Me dió un abrazo, el cual habría rechazado inmediatamente si no fuera de ella.
-¿Y si empezamos con la mudanza?.- Dije emocionada.
-Dios, en verdad no puedo creer que estés tan convencida. Pero si eso te hace feliz...
-¡Sí! Desde hoy puedes quedarte.
-¿Desde hoy?...
-Si tú quieres...
-Subete al auto, iremos primero a por un helado y luego a tu casa.- Dijo un tanto seria.
Estaba confundida, ¿ella quería?...
Talvez se sentía obligada.
(...)
Habíamos llegado a casa, esta estaba realmente reluciente, todo lo contrario a lo que era ayer.
ESTÁS LEYENDO
𝑝𝑟𝑜𝑓𝑒𝑠𝑜𝑟𝑎 𝑂'𝑐𝑜𝑛𝑒𝑙𝑙
Teen FictionLa clase había terminado, el recreo pasó volando, al igual que las últimas dos horas. Cuando salí de la escuela fui directo a la biblioteca, en el camino me topé con una enojada profesora de inglés. La miré y saludé con la mirada, ella estaba hablan...