¿𝑇𝑢́ 𝑒𝑟𝑒𝑠...?

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Una semana de la noche en la que Billie se hizo llamar la mujer que me quitó mí virginidad.

Una semana en la que no había podido parar de pensar en ello, junto a MILLONES de pensamientos más.

Había sido realmente increíble, y no cambiaría absolutamente nada de lo que pasó.

Definitivamente eso era lo que quería para mí primera vez, alguien que me haga sentir segura de mí misma y no que me dejara pensando con quién se iría a acostar luego de mí.

A ser verdad, lo pensé. Me imaginé a Billie yendo con otra estudiante más grande y experimentada que yo, una que pueda satisfacerla como merecía. Pero me demostró lo contrario al quedarse a dormir conmigo, y sin pedírselo, que se acostara y me abrazara toda la noche como una niña pequeña.

(...)

Viernes por la mañana, estaba caminando tranquila por el pasillo de la escuela, cosa que no debería ya que las clases habían comenzado.

En el baño me encuentro con Halley, estaba roja.

-Amor... ¿Estás bien?.

-Sí, ___.

-¿Amor?.- Alguien quién desconozco salió detrás de Halley.

-¿Tú eres...?- Pregunté un tanto confundida.

-Novio de Halley.

Mí corazón se detuvo, todo a mí alrededor empezó a dar vueltas y sentí como si mi sangre dejara de circular por mí cuerpo.

-___, puedo explicártelo.

-Halley, vete a la mierda.

-No seas idiota, quiero darte una explicación.

-¿Qué mierda vas a decir? ¿No soy suficiente para ti? ¿Acaso no soy linda como la puta de Amelia? ¿O no soy un maldito hombre como el idiota de atrás tuyo?.- El chico puso una expresión confusa y permaneció callado.

-Maldita sea... No quiero estar contigo, no puedo mantener cosas serias, yo...

-Anda, déjalo así, puedes irte bien a la mierda Halley Demont. Te odio con todo lo que soy, me haces sentir una basura y espero que lo sepas.- Dije con lágrimas en mis ojos.

Halley se quedó petrificada en su lugar, al igual que el chico, él sólo veía la situación como si fuera una jodida película.

Mientras me alejaba, Halley retomó conciencia y caminó hacia mí, me agarró de la muñeca obligándome a escucharla.

-No es mí culpa, no quiero nada contigo, nunca lo quise realmente.

-¡¿Y si así era por qué mierda no me dejabas ir?! ¿En verdad te costaba tanto?. Joder, déjame porfavor.

-Solo te pido que no hagas nada estúpido.

-¡Vete a la puta mierda, maldita perra!.- Casi no pensé al insultarla, pues el enojo me invadía. Me encapsulaba en una burbuja llena de odio e ira.

Me alejé, pero lo siguiente que me paró fue una profesora que había visto la situación.

-No, Blossom. Espera, irán a hablar de esto al gabinete, tienen que resolver más cosas.

-No quiero hablar nada de esto con nadie, déjame en paz.- Dije intentando soltarme de su fuerte agarre, la miraba con odio al igual que había visto a Halley hace un momento.

-No hagas esto difícil, sólo hablaremos y resolveremos las cosas.

-¡Que no quiero, mierda!.

Me solté y corrí al baño, podía sentir como alguien venía detrás de mí.

𝑝𝑟𝑜𝑓𝑒𝑠𝑜𝑟𝑎 𝑂'𝑐𝑜𝑛𝑒𝑙𝑙 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora