Soy Jeon Jungkook, Alfa y gran rey de las cuatro naciones, pero mi alma está inquieta. Han pasado más de cuatro años desde que alcancé la mayoría de edad, y sigo sin encontrar a mi Mate, la pareja destinada que parece siempre fuera de mi alcance. Ca...
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LARA POV
Jungkook seguía junto a mí, su mirada fija en la cama donde Jisoo descansaba. Aunque su rostro mostraba calma, podía sentir la tensión en cada parte de su cuerpo.
—Lara, debemos llevarla con Jin —dijo finalmente, su tono firme pero calmado.
Asentí lentamente, aunque mi corazón estaba dividido. Jin estaba emocionalmente inestable, y si mi teoría era correcta, encontrar a Jisoo podría cambiarlo todo para él.
—Sí, pero debemos hacerlo con cuidado. Si estoy en lo cierto, esto será abrumador para él... y para ella —respondí, mirando a la chica herida. Su respiración era lenta pero constante, como si la presencia de Jungkook y yo la hubiéramos estabilizado de alguna manera.
Jungkook suspiró y tomó mi mano con delicadeza, sus ojos brillando con afecto.
—Antes de eso... hay algo que necesito hacer —dijo, apretando ligeramente mi mano.
—¿Qué cosa? —pregunté, inclinando la cabeza con curiosidad.
Él se aclaró la garganta, como si buscara las palabras adecuadas.
—No quiero sonar grosero, Princess, pero voy a pedirle a los sirvientes que cambien las sábanas y... la cama —dijo finalmente, su voz baja pero decidida.
Parpadeé, confundida por un momento.
—¿Por qué harías eso?
Él me miró con una intensidad que me dejó sin aliento.
—Porque esta es nuestra cama, Lara. Nunca será ocupada por otra que no seas tú. Nadie más tiene el derecho de estar aquí. Esta cama es sagrada para mí porque es donde tú dormirás, donde tú estarás el resto de nuestra vida —explicó, su voz cargada de emociones que me hicieron sentir un calor en el pecho.
Lara, deja los pensamientos eróticos para otro momento
No pude evitar sonreír, aunque mi corazón se aceleró por sus palabras.
—Jungkook... eres tan... terco a veces —murmuré, aunque no podía negar que su acto me conmovía, amaba saber el nivel de respeto que me tenía.
Él sonrió levemente, pero sus ojos no perdieron esa seriedad.
—Llámame terco todo lo que quieras, pero esto no es negociable. Esta cama solo te pertenece a ti, Princess; eres mi instinto, mi perdición, y no hay forma de que me aleje de ti.
Ante sus palabras mi cuerpo se sintió débil, mi cuerpo respondió a eso y entre mis piernas por primera vez en mucho tiempo sentí algo diferente, no era solamente un deseo carnal, era algo más, quería estar entre sus brazos, quería entregarme a él y cerrar el vínculo.
—Así se habla, por primera vez piensas en algo inteligente; nuestros cachorros serán adorables —Replico Winter desde el fondo de mi cabeza, eso me recordó que no era tiempo de estar pensando en sexo.
