Aurora estaba sentada en su oficina, revisando unos informes y respondiendo correos, cuando la puerta se abrió sin previo aviso. Su nuevo asistente, un joven nervioso que había comenzado ese mismo día, apareció en el umbral de la puerta.
— Señora Cantral —dijo, con una sonrisa incómoda—, hay una chica que está buscando una reunión con usted. Dice que se llama Kylie.
Aurora levantó la mirada, sorprendida. Durante un segundo, pensó que había oído mal, pero la expresión seria de su asistente confirmaba lo que acababa de escuchar.
— ¿Kylie? —preguntó, frunciendo el ceño mientras se recostaba en su silla. Luego, algo en su rostro cambió. Una sonrisa suave se dibujó en su boca, y su tono se suavizó—. ¿Cómo que no la dejaste pasar? Es mi esposa.
El asistente, algo confundido, parecía no entender completamente la situación, pero Aurora no esperó más.
— Déjala pasar inmediatamente —ordenó con firmeza, levantándose de su asiento mientras ajustaba su blusa. No podía ocultar una ligera sonrisa que, involuntariamente, se formó en su rostro. Kylie siempre tenía ese efecto en ella, incluso después de tanto tiempo juntas.
Unos segundos después, la puerta se abrió nuevamente, y allí estaba Kylie, radiante como siempre, con una sonrisa que iluminaba la habitación.
— Aurora —dijo Kylie, cruzando la oficina y acercándose a su esposa. Sin decir más, la abrazó con fuerza, como si el resto del mundo desapareciera en ese momento. Aurora, por su parte, la rodeó con sus brazos, sintiendo la calidez de su presencia.
— No tienes idea de cuánto te extrañé —murmuró Aurora, sintiendo una felicidad profunda en su pecho.
Kylie sonrió contra su cuello antes de separarse ligeramente.
— Yo también te extrañé —respondió, con una mirada de complicidad.
El asistente, un tanto incómodo por la escena de ternura que acababa de presenciar, dio un paso atrás, respetando la intimidad de su jefa y su esposa. Aurora, al darse cuenta de su presencia, le hizo un gesto para que se retirara.
— Gracias, pero ya no necesitas estar aquí —dijo suavemente, sin dejar de mirar a Kylie.
El asistente asintió y salió de la oficina, dejando a la pareja a solas. Aurora tomó las manos de Kylie entre las suyas y la miró a los ojos, como si quisiera grabar ese momento en su memoria.
— ¿Qué te trae por aquí, mi amor? —preguntó Aurora, sonriendo de manera tierna.
Kylie, con una chispa en los ojos, dejó escapar una pequeña risa.
— Solo quería verte —respondió, con un tono suave y amoroso—. Además, necesitaba un descanso de todo el caos que tengo con la gira.
Aurora no dijo nada más, solo la tomó de la mano y la condujo hacia el sofá en su oficina, donde ambas se sentaron, disfrutando de la tranquilidad que solo se encuentra en la compañía del ser amado.
Kylie, con una sonrisa suave y una mirada llena de ternura, dejó que sus dedos rozaran la barriga de Aurora, sintiendo cómo el pequeño ser dentro de ella respondía con un leve movimiento.
— ¿Cómo está mi bebé hoy? —preguntó Kylie, acariciando con delicadeza la piel suave de su esposa.
Aurora suspiró, apoyando su cabeza en el hombro de Kylie mientras sentía el calor de sus manos sobre su abdomen.
— Está tan tranquila, creo que se está preparando para la locura de la gira que viene —respondió Aurora, riendo suavemente. No podía evitar sentirse emocionada cada vez que pensaba en su futuro, en cómo su vida estaba por cambiar de una manera tan hermosa y conmovedora.
ESTÁS LEYENDO
✿.MÍ TUTORA.✿
Historia CortaEstá historia trata sobre Kylie Cantral, una chica sexy, dulce y carismática de 21 años, se muda a Los Ángeles para comenzar su vida universitaria. En su nueva escuela, le sugieren que sea tutora de Malia Baker, una estudiante de 17 años, muy linda...