CAPITULO 14 .-¿Quieres ser mí novia?-.

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La luz del amanecer se colaba por las cortinas, iluminando la habitación de motel con un resplandor tenue y frío. Malia, quien había estado despierta desde hacía un rato, observaba a Kylie en silencio. No era la primera vez que se encontraba en esta situación, pero algo en su interior le decía que esta vez debía dar un paso atrás. Con cuidado, se levantó, se vistió rápidamente, y tras una última mirada, salió de la habitación sin hacer ruido, dejando a Kylie aún profundamente dormida.

Cuando Kylie finalmente abrió los ojos, se encontró desorientada. Sus pensamientos eran un caos, y su mente estaba nublada, como si hubiera estado en un sueño profundo del que apenas comenzaba a despertar. Miró a su alrededor, confundida, sin reconocer la habitación en la que se encontraba.

"¿Dónde estoy?", pensó, mientras intentaba recordar los eventos de la noche anterior. Todo estaba en blanco, sin una sola pista que le indicara cómo había llegado hasta allí.

Después de unos momentos, decidió levantarse y salir de la habitación en busca de respuestas. Bajó al vestíbulo y se acercó al recepcionista, quien la miró con una expresión de amabilidad y curiosidad.

—Disculpe… —Kylie titubeó, aún algo desconcertada—. ¿Podría decirme… con quién vine aquí anoche?

El recepcionista, recordando vagamente a las dos chicas de la noche anterior, frunció el ceño antes de responder.

—Bueno, llegó con una chica, pero… no recuerdo bien cómo era. No me fijé demasiado. Solo sé que salió temprano, hace poco.

Kylie asintió, sintiendo que la inquietud se transformaba en un peso incómodo en su pecho. La mente seguía sin darle respuestas, como si un velo oscuro cubriera los detalles de la noche pasada.

Suspiró, dándose cuenta de que, por mucho que intentara recordar, no lograba obtener ninguna claridad. La extraña sensación de no saber qué había ocurrido la noche anterior la acompañaría el resto del día, mientras una mezcla de duda y preocupación comenzaba a asentarse en su interior.

Kylie miró su teléfono y vio la hora. Se quedó helada al ver que ya era mucho más tarde de lo que pensaba. Si se apresuraba, aún podía intentar llegar a la universidad, pero sabía que iba a ser casi imposible ponerse al día en el estado en que se encontraba. Su cabeza seguía nublada, y el desconcierto de la noche pasada la mantenía en un estado de confusión del que no podía desprenderse.

Tomó una respiración profunda y se resignó, decidiendo que lo mejor sería no ir a clase ese día. Necesitaba tiempo para aclarar su mente y entender qué había pasado. Caminó de vuelta hacia la habitación para recoger sus cosas, su mente llena de preguntas sin respuesta.

Mientras salía del motel, un torbellino de pensamientos la envolvía. "¿Quién era la chica con la que vine?", se preguntaba, con la sensación de que algo se le escapaba, algo importante. "¿Por qué no recuerdo nada?"

Mientras caminaba hacia su auto, su teléfono vibró con un mensaje. Era de Malia, y solo contenía una frase breve: "Espero que estés bien." La simplicidad del mensaje solo avivó su confusión. ¿Había sido Malia quien la acompañó al motel? Y, de ser así, ¿por qué se había ido sin decirle nada?

Kylie se subió a su auto y, aún desconcertada, decidió que lo mejor sería regresar a casa. Mientras conducía, la ansiedad iba creciendo en su pecho, una mezcla de frustración, desconcierto y el temor de que algo más serio hubiera ocurrido sin que ella lo recordara.

Al llegar a casa, Kylie se sintió agotada, pero sabía que necesitaba despejar su mente. Se dirigió a la cocina, preparó un café con calma y, mientras el aroma se esparcía por la habitación, se sentó frente a su celular. Estaba decidida a retomar el contacto con Ruby, su ,mejor amiga de siempre, con quien hacía tiempo no hablaba ni veía.

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