Bajo la luz del Sol [Lancelotxoc]

-viaje-

Ok, miren no se que edad tenían Tristan y Lancelot cuando susedio lo de Edimburgo pero supongamos que tienen 12 años

Habían pasado varios días desde que Edith y Lancelot se fueron del reino. Para la mala suerte de Tristan no pudo disculparse ya que no fue lo suficientemente rápido para alcanzarlos.

—¡waa! —se quejo Edith al ver como se le caía su comida.

—Tonta, toma—dijo Lancelot riendo mientras seguía comiendo, pero le ofreció del suyo.

—¡Grasias Lancelot! —dijo Edith alegremente.

Luego de un rato Edith ya hiba por el décimo plato de comida en aquel restaurante.

—a este paso nos quedaremos sin nada de dinero —murmuro Lancelot.

El no sufriría, sufriría su billetera, cuando por fin dejaron de comer caminaban por aquel pueblo.

— a todo esto, no es que me moleste ni nada ya que yo quería venir, ¿que estamos buscando? —preguntó Edith confundida.

—buscamos a mi maestra, y al artesano gigante cuyo nombre olvide —dijo mientras miraba a Edith.

—¡wau! ¡mi padre y en los libros hablan mucho sobre el gran artesano! Aunque...¿quién es tu maestra?—preguntó Edith mirando a Lancelot con curiosidad.

—mi maestra...se llama Jericho, no revelare mucho sobre ella—dijo brevemente.

Edith estaba fascinada había hablado escuchado hablar de ella, fue una caballero sacro de su reino, esto la hacía emocionar.

Lancelot sonrio al ver a Edith, era tan tierna y tan infantil que de daba ternura.

Edith por otro lado pensaba que la sonrisa de Lancelot era hermosa, y para que ella admitiera tal cosa tenían que pasar dos guerras ya que según ella. Su sonrisa es la más hermosa del mundo y nadie le llegaba a los talones, cuando ella nació el mundo fue bendecido, era hermosa, poderosa, asombrosa, perfecta en pocas palabras, y eso nadie se lo podía negar.