‐te encontre-

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Ese mismo día en la mañana Edith estaba mucho mejor, su estomago ya no dolía, todo estaba en orden

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Ese mismo día en la mañana Edith estaba mucho mejor, su estomago ya no dolía, todo estaba en orden.

Aunque fue llamada por su padre, quien claramente estaba muy lleno de papeles, era obvio lo que quería.

—vamos Edith, ayuda a tu pobre padre —Meliodas hizo cara chibi.

Edith negó mientras hacía puchero.

—eso es tu responsabilidad, además ¿cres que te voy a ayudar después de engañarme y hacerme comer tu aberración culinaria?, esque tu prefieres comer olgazanear todo el día y no hacer tus deberes, hoy no te ayudare no solo porque me engañaste, si no también porque tengo planes con Isolde—dijo Edith mientras se daba la vuelta.

Meliodas por su parte suspiro derrotado pero luego sonrio.

Edith caminaba por los pasillos del castillo dispuesta a ir a la salida, cuando llego a esta rápidamente fue hacia la casa de Isolde quien aparentemente se acababa de levantar, Edith espero a que se vistiera y fueron a pasar al reino, para este punto ya era normal ver a la princesa del reino caminando por allí, muchos se hacercaban a ella a saludarla, y algunos hombres lo hacían con otras intenciones ya sea para acosarla o pedirle una cita o incluso ambas, que Edith claramente notaba al instante.

Edith caminaba junto a Isolde hablando sobre que haría cuando su hermano llegara.

—¿ugh? ¿Un niño? —murmuró Edith al ver al niño correr hacia ellas sin embargo este no veía por donde hiba u choco con Isolda quedando debajo de su vestido.

Bajo la luz del Sol  [Lancelotxoc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora