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NARRACIÓN : PABLO GAVI
Lo vi por primera vez en ese evento. Un evento aburrido, lleno de discursos y sonrisas falsas, todo diseñado para hacernos parecer lo más felices del mundo. Los directivos de Barcelona siempre organizan estas cosas para darnos una "reconexión con la base" o algo así. Como si eso nos importara más que un buen partido. Pero no estaba pensando en el evento en sí, no, estaba pensando en ella.
Valeria.
Siempre me ha parecido una chica diferente. A veces más tranquila, a veces un torbellino de energía, pero siempre sincera. Con su risa que me hace olvidar los malos momentos y esa forma de mirarme que nunca he logrado entender del todo. Si hay algo que soy bueno, es leyendo a las personas, pero Valeria... ella siempre ha sido un misterio. Una buena amiga, una chica increíble. Y más que eso, algo que siempre he tenido conmigo, que siempre he dado por sentado.
Entonces, entró João Félix.
Y ya estábamos todos escuchando, pero fue a partir del momento en que Valeria empezó a hablar con él que todo se volvió un blur. Con su sonrisa de siempre, escuchaba atentamente lo que decía João, mientras que él, ese chico simpático, parecía encantado de hablarle. Y en ese instante, un mal pensamiento me cruzó por la cabeza. ¿Por qué Valeria estaba tan... cómoda con él?
El chico tenía ese aire encantador, de los que te atrapan rápido. Sonriente, relajado, como si la vida fuera solo una serie de bromas fáciles. Parecía entenderla mejor que yo últimamente. O al menos eso me pareció en ese instante. Estaba ahí, riéndose con ella, y no pude evitar pensar que, tal vez, en este mar de caras, él podría ser el que la hiciera sonreír más.
– ¿Qué pasa, Gavi? Estás un poco distraído hoy – me dijo Pedri, mirándome con su típica sonrisa, pero no pude disimular la incomodidad que me invadió al ver la cercanía entre ellos.
– Nada, es solo que... – me quedé en silencio. No quería decirlo. No quería admitir que sentía una especie de celos absurdos, pero ahí estaban, pesando sobre mí como un balón de fútbol demasiado pesado. – Solo es que no me gusta que Valeria pase tanto tiempo con gente que no soy yo, ya sabes.
Pedri frunció el ceño, algo incrédulo.
– Gavi, ¿estás celoso de João?
– No. – Respondí rápido, demasiado rápido, como si pudiera convencerme a mí mismo de que no importaba. – Solo... no sé. Me siento raro, ¿vale?
Pero no podía dejar de mirarlos. João Félix y Valeria conversaban como si se conocieran de toda la vida. Y la forma en que ella lo miraba, con esos ojos brillando como si realmente estuviera escuchando algo interesante, me hacía sentir una punzada en el pecho. ¿Acaso no me miraba así a mí?
– ¿Te está molestando eso? – Pedri insistió, dándome una palmada en el hombro. – ¿De verdad? Pensé que tú y Valeria estaban bien. ¿Qué pasa, Gavi?
