𝑶𝒏𝒆 𝒔𝒉𝒐𝒕- 𝑷𝒂𝒃𝒍𝒐 𝑮𝒂𝒗𝒊

𝑪𝒆𝒍𝒐𝒔

Hoy era un día de sesión fotos para el barça*

Después de las primeras fotos en grupo, llegó el momento de una rápida entrevista con los medios. Una periodista se acercó y empezó a hacer preguntas casuales, como siempre.

Todo parecía ir bien hasta que preguntó a cada uno que a quien le quedaba mejor el traje.

Les preguntó a todos hasta que llegó el turno de Gavi

- Aquien le queda mejor el traje del equipo? -preguntó.

Gavi no tardó ni un segundo en responder, con esa confianza y picardía que tanto lo caracterizaba:

- A mi - dijo con una sorisa el quería decir que a Valeria ya que para que mentir estaba enamorado de su mejor amiga

La entrevistadora rió, pero no se dejó impresionar.

- ¿Por qué?

Gavi se encogió de hombros, con una sonrisa traviesa en los labios. "No lo sé, pero seguro que a mí."

La entrevistadora, en un tono coquetón, se inclinó un poco hacia él. "¿A ti?, seguro que sí..."

Valeria sintió una punzada extraña en el estómago, algo que no entendía del todo. No era una sensación familiar, pero era incómoda. ¿Celos?. Ella y gavi solo eran amigos nunca había sentido eso... ¿o sí? Ignoró esa sensación, cruzándose de brazos y girando los ojos.

Aitana, que estaba a su lado, notó el cambio en la expresión de Valeria y la empujó suavemente con el codo. "¿Todo bien, Val?" le susurró, divertida ella sabía que se gustaban mutuamente solo faltaba que dejen sus papeles de ciegos.

Valeria asintió, aunque no estaba convencida de que realmente estuviera "bien". Pero no podía dejar que algo tan tonto como una entrevista de Gavi la afectara, ¿verdad?

Al terminar la sesión se sentía molesta, apenas y se despidió de Aitana.

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De regreso en casa, Valeria intentaba distraerse, pero esa sensación no se iba. No era celos, porque... ¿qué motivos tendría para estar celosa? Gavi es mi amigo de toda la vida, se repetía, como si al decirlo en voz alta pudiera convencerse de que era verdad. Pero había algo ahí, una pequeña chispa que había encendido dentro de ella al ver cómo la periodista coqueteaba con él, cómo Gavi sonreía despreocupadamente.

Mientras intentaba ahogar sus pensamientos en alguna serie de Netflix, su teléfono vibró.

Era un mensaje de Gavi.

Gavi: "Te vi en la entrevista hoy. Te veías seria. ¿Todo bien?"

Valeria frunció el ceño y tecleó rápidamente una respuesta.

Valeria: "Estoy bien, Gaviota. Solo cansada."
No pasó ni un minuto antes de que él respondiera.

Gavi: "No me llames Gaviota. Enserio ¿segura que estás bien?"

Valeria suspiró. A veces Gavi podía ser tan insistente.

Valeria: "Todo está bien, Gavi. ¿Por qué preguntas?"

Gavi: "Porque te conozco, y sé cuándo algo te molesta."

Valeria se mordió el labio. A veces odiaba que él la conociera tan bien. Pero no podía contarle lo que realmente sentía. Ni siquiera sé lo que estoy sintiendo, pensó.

Valeria: "Solo cansada, ya te dije."

Gavi: "Bueno, si necesitas hablar, ya sabes dónde estoy."

Valeria: "Sí, claro. Buenas noches."

Gavi no insistió más, lo cual fue un alivio para Valeria. Pero aún después de apagar el teléfono, la sensación persistía. No sabía cómo definirla, pero lo que sí sabía era que no quería verla más.

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Al día siguiente, llegó al campo de entrenamiento con la esperanza de que el fútbol la despejara. Necesitaba concentrarse en otra cosa, dejar de darle vueltas al asunto. Focalízate en entrenar y deja de pensar tonterías, se dijo a sí misma mientras bajaba del coche.

Sin embargo, justo cuando iba a entrar, lo vio.
Gavi estaba otra vez hablando con la misma periodista, la que había coqueteado descaradamente con él durante la entrevista. Esta vez no solo estaban hablando, sino que ambos reían, y la chica incluso le dio una suave palmada en el brazo, como si fuera lo más natural del mundo.

¿Por qué tiene que estar siempre ahí?, se preguntó Valeria, sintiendo una ola de calor que subía por su pecho. Intentó apartar la mirada, pero sus ojos parecían pegados a la escena.

Y entonces lo sintió. Esa misma chispa de incomodidad, pero ahora acompañada de algo más fuerte, algo que definitivamente no reconocía. ¿Es esto lo que siente la gente cuando está celosa? No podía ser. ¿Por qué estaría celosa? Gavi era solo su amigo. Mi mejor amigo, además, se recordó. Pero no podía negar que verlos así la estaba molestando. Mucho.

Caminó hacia el campo, tratando de ignorar lo que veía, pero en su mente la imagen de Gavi riendo con esa periodista no se iba.

Sin pensar mucho, Valeria agarró el balón que estaba a sus pies y, en un impulso, lo pateó hacia donde estaban ellos.El balón voló en línea recta y, como si el destino se lo hubiese propuesto, impactó directamente en la cabeza de la periodista, quien dejó escapar un pequeño grito de sorpresa antes de tambalearse hacia atrás.

"Ups", fue todo lo que Valeria dijo, sin siquiera detenerse para disculparse.

Continuó caminando hacia el centro del campo como si nada hubiera pasado, pero por dentro, una mezcla de satisfacción y adrenalina la invadía.

Gavi, que había visto toda la escena, corrió hacia la periodista, pero lanzó una mirada rápida hacia Valeria. Ella fingió no darse cuenta, ocupándose en ajustar sus botas y empezar a calentar. No fue a propósito...
Bueno, tal vez un poco, pensó, aunque la sensación de alivio al ver que la conversación había terminado era innegable.

Mientras el entrenamiento continuaba, Valeria intentó seguir el consejo de Aitana.

Aceptar que estaba molesta, incluso si no entendía por qué. Pero no era fácil. Cada vez que veía a Gavi, esa sensación volvía. No solo era incomodidad. No solo eran celos.Era algo más, algo que nunca antes había sentido por él.

¿Y si estoy empezando a verlo de otra manera?
El pensamiento la golpeó de repente, y casi tropieza con el balón en medio del entrenamiento.

¿Era eso?

¿Estaba empezando a sentir algo por Gavi que iba más allá de la amistad?

Valeria sacudió la cabeza, como si pudiera apartar la idea de un plumazo. No, no puede ser. Es solo mi amigo. Siempre lo ha sido.

Pero a medida que seguía corriendo por el campo, no podía dejar de pensar en lo que había sentido al ver a Gavi con la periodista.

Y la posibilidad de que, tal vez, las cosas estuvieran cambiando para ella.