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Valeria Félix siempre había sido la sombra de su hermano mayor, João. Desde pequeños, habían compartido todo: juegos, secretos y una pasión incondicional por el fútbol. Pero mientras João Félix se destacaba en los campos europeos, Valeria prefería mantenerse en un segundo plano, viviendo una vida más tranquila en Lisboa, con la aspiración de abrir su propio estudio de arte.
Cuando su hermano fue transferido al FC Barcelona en el verano de 2023, las cosas cambiaron radicalmente. João insistió en que Valeria se mudara con él a la vibrante ciudad de Barcelona. Al principio, ella dudó. La idea de dejar su vida atrás era aterradora, pero su amor por su hermano la convenció de que sería una aventura.
-Vamos, Val- le dijo João. -Barcelona es increíble, y sé que te encantará la ciudad. Además, necesitamos estar juntos en este nuevo capítulo de nuestras vidas.
Valeria suspiró, asintiendo. No podía decirle que no a su hermano. Y quizás, después de todo, Barcelona podría ser el lugar donde ella también encontrara algo más que arte.
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El primer día que Valeria visitó las instalaciones del Barça, el ambiente era eléctrico. Los jugadores corrían por el campo, sudando y riendo, mientras el entrenador gritaba indicaciones desde un costado. Valeria se sentó en las gradas, observando a su hermano entrenar con su nuevo equipo. No pasó mucho tiempo antes de que sus ojos se detuvieran en uno de los jugadores más jóvenes: Pablo Gavi.
Pablo, con su enérgica manera de jugar, era imposible de ignorar. Tenía una intensidad que lo hacía destacar, y su determinación era palpable incluso desde lejos. Pero lo que Valeria no esperaba era que Pablo también notara su presencia.
Después del entrenamiento, João se acercó a Valeria, con Pablo justo detrás.
-Val, te presento a Gavi. Es uno de los mejores jóvenes del equipo - dijo dándole una palmada en la espalda a su compañero de equipo.
-Encantada- murmuró Valeria, sintiendo un ligero sonrojo en sus mejillas.
"El placer es mío", respondió Pablo con una sonrisa encantadora. Sus ojos se encontraron por un breve instante, y en ese momento, Valeria supo que algo había cambiado.
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Las semanas pasaron, y cada vez que Valeria acompañaba a João a los entrenamientos o partidos, Pablo parecía estar más cerca. Al principio, eran charlas casuales sobre el clima, el arte, y por supuesto, el fútbol. Pero poco a poco, esas conversaciones se convirtieron en algo más profundo.
Una tarde, después de una dura victoria en casa, João y Pablo invitaron a Valeria a cenar con el equipo. Entre risas y bromas, Pablo y Valeria se encontraron caminando juntos por las calles de Barcelona.
- Barcelona es aún más hermosa de noche, ¿no crees?-comentó Valeria mientras miraba las luces que iluminaban la ciudad.
-Sí, pero hoy es más especial porque estoy caminando contigo- respondió Pablo, haciendo que el corazón de Valeria diera un vuelco.
Desde esa noche, algo entre ellos cambió. Las miradas duraban más, los silencios ya no eran incómodos, y la conexión entre ambos crecía cada día.
A pesar de la química evidente entre ellos, la realidad no tardó en interponerse. João siempre había sido protector con Valeria, y cuando comenzó a notar lo cerca que estaba de Pablo, no pudo evitar preocuparse.
-No quiero que te metas en problemas, Val. Gavi es joven, y tiene una vida muy ocupada con el fútbol. No quiero que te lastime- le advirtió.
Valeria, aunque entendía las preocupaciones de su hermano, no podía evitar sentir que Pablo era diferente.
-Sé que te preocupa, pero Pablo no es así. Él me respeta y me cuida- respondió con firmeza.
Por su parte, Pablo también enfrentaba la presión de su carrera. Con apenas 19 años, estaba en el centro de atención mediática y tenía que demostrar su valía en cada partido. A pesar de su conexión con Valeria, ambos sabían que no sería fácil equilibrar sus sentimientos con sus respectivas responsabilidades.
A medida que su relación se profundizaba, los rumores comenzaron a surgir en la prensa. Valeria fue fotografiada con Pablo en varias ocasiones, y los medios no tardaron en especular sobre un romance entre la hermana de João Félix y la joven promesa del Barcelona.
- No puedo soportar la atención- confesó Valeria mientras ambos caminaban por la playa.- No estoy acostumbrada a esto.
Pablo la tomó de la mano y la miró a los ojos. "No me importa lo que digan. Lo que importa es lo que sentimos. Te quiero, Valeria, y estoy dispuesto a enfrentar todo por nosotros."
Esas palabras hicieron que Valeria sintiera una paz que no había sentido en mucho tiempo. Sabía que el camino no sería fácil, pero con Pablo a su lado, estaba dispuesta a intentar lo.
Con el tiempo, la relación de Valeria y Pablo se hizo más pública, y aunque había momentos difíciles, su amor solo se fortaleció. João, finalmente, aceptó la relación de su hermana con Pablo, viendo cómo su conexión la hacía más feliz.
Pero la vida de un futbolista es impredecible, y cuando llegó la noticia de que Pablo podría ser transferido a otro club, el futuro de su relación quedó en el aire.
- ¿Qué vamos a hacer si te vas?- preguntó Valeria, con lágrimas en los ojos.
- No lo sé, pero lo que sé es que te amo, y haré todo lo posible por mantenernos juntos, sin importar dónde esté además que el barça es el club de mi vida-, le prometió Pablo.
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El tiempo pasó, y aunque enfrentaron desafíos y la distancia que los separaba en ocasiones, Valeria y Pablo encontraron la manera de hacer que su relación funcionara. Cada visita, cada mensaje, cada videollamada solo reforzaba su amor.
Finalmente, cuando decidieron dejar a Gavi en el Barcelona, supo que había tomado la decisión correcta. El fútbol siempre sería su pasión, pero Valeria era su hogar.
Y así, entre partidos, viajes y momentos compartidos, su amor floreció, demostrando que, a pesar de las dificultades, el verdadero amor siempre encuentra el camino.
