Chapa de dos caras #15

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—No, Brenda —dijo un James enfático—. Las cosas no van a ser de esa manera—. ¿Es que acaso estás loca?

—¿Loca? —consultó, enarcando una de sus cejas—. Loca estaría si sigo callando.

James miró hacia un lado, mientras jugaba con la cuchara, dentro de la taza.

—Lo tuyo es despecho —agregó el hombre, quien miraba para todos lados—. Yo necesito desenmascararla, ¡mostrarles a esas mujeres que Martina Adriano no es la mujer que todos creen!

Brenda se jactó, pegando una risita irónica, provocando que James golpeara la mesa con la taza con la cual jugaba, logrando que la cliente cercana, le quedara mirando.

—Ay, James. —Chasqueó la lengua—. No me vengas con eso. Deseas que Martina termine de la misma forma que quiero yo.

El hombre la miró mordaz, achicando los ojos, no obstante, muy adentro suyo, tenía el mismo la misma ansia que poseía Brenda.

—Mira, eso ya no importa. —Hizo un gesto a la mesera, pidiendo la cuenta—. Mis formas siempre serán distintas.

—Pero ahí estás —respondió enfática—. Años y años, sin hacer nada, teniendo pantalla y credibilidad, en cambio, yo, me voy actualizando.

—¿Por qué tan segura? —preguntó, mientras cancelaba—. Años y años con la Adriano, para esperar a que te echara de su casa, a plena luz del día. ¿O es que acaso, eso también fue premeditado?

La mujer enarcó los labios, demostrando su molestia, sin embargo, no caería en el juego de Lee.

—Cada uno a sus formas —respondió con soltura, entrecerrando los ojos, entretanto dirigía su vista hacia el mesón del bar —. Tengo el material, además que Marie entrará al grupo de mujeres de Martina. Ahora, si me disculpas, debo ir a hablar con alguien.

James se volteó para observar lo que tanto Brenda se enfocaba. Era nada menos que Kari Hofland, otra de las periodistas y antagonista para Martina Adriano.

—Ya veo. —Se carcajeó—. Tienes de aquí a fin de año, y eso es en tan solo dos meses, Brenda.

—¿Y eso? —consultó con seriedad?

—Porque que será el lanzamiento de su nuevo libro.

La mujer relajó su rostro, levantando las cejas.

—¿Y eso, cómo la sabes?

—No te diré mis fuentes, pero es alguien cercano a ella, y alguien que ni te imaginas.

—No te diré mis fuentes, pero es alguien cercano a ella, y alguien que ni te imaginas

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—Vino blanco estará bien —dijo la pelirroja, mientras sacaba un puñado de maní.

—Kari Hofland. —Brenda posó su mano sobre el hombro de la mujer, para luego acariciarlo, por lo que esta la esquivó—. Me llueven las pelirrojas.

𝓤𝓷 𝓭𝓾𝓵𝓬𝓮 𝓭𝓮𝓼𝓹𝓮𝓻𝓽𝓪𝓻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora