Bailes y Sueños

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DAKOTA

Al llegar a la compañía pude observar una camioneta parqueada en el estacionamiento, caí en cuenta de que ya la he visto varias veces desde que llegue a Hume, también merodeando por el barrio donde vivo, termine de entrar al edificio que ya sentía como mi segunda casa con el ceño fruncido. Era posible que la camioneta perteneciera a alguna empresa de jardinería que se encargara del mantenimiento del parque de la oficina, aunque era la primera vez que me fijaba en que nunca estaba un jardinero cerca, toda esta situación me hace sentir un poco extraña.

Sentí una oleada de ansiedad al pensar que alguien me puede estar siguiendo. Pensé en un momento contárselo a Hunter, pero recordé cuando lo confundí con un intruso, mejor pienso en otra cosa, no creo que un asaltante me escogiera como victima desde mi llegada después de todo ya llevaba varios meses aquí.

Cuando estaba en mi oficina me obligue a concentrarme en el trabajo. Hunter me entrego unos informes para que los estudiara, por lo que después debería preguntarle que pozos recomendaría cerrar y por qué. No me molestaba las tareas que me dejaba, después de todo me encantan los exámenes que me hace al terminarlos o acertijos como los llama, la manera en que me empeño en hacerlos me confunde y a la vez es excitante. No me atrevía a pensar en la palabra chantaje porque en realidad me estaba enseñando, además se que aprender a hacer bien mi trabajo solo era en parte una excusa para hacer un poco mi papel de victima voluntaria y pasar tiempo con él.

Una tarde me dijo que el acertijo del día tendría lugar en el cobertizo de botes del centro de la cuidad, una replica del embarcadero del Hume antiguo. Había alquilado una canoa y me llevo a navegar plácidamente, mientras me interrogaba sobre la cantidad de gas natural que debían rendir los pozos que producían cierta cantidad de barriles al día. Intercalaba entre las preguntas comentarios de como mis ojos azules eran casi tan parecidos al color del cielo despejado y como parecía un cuadro victoriano recostada en la canoa.

Otro día me llevo a los establos donde saco dos caballos para montar al estilo del Oeste, a lo largo del recorrido me interrogo sobre la mecánica de las bombas del péndulo, mientras me decía como el sol que se filtraba entra las ramas hacia que mi cabello pareciera fuego y mi piel puro néctar... al llegar al final de la senda nos quedamos observando uno al otro.

-Es hermoso este lugar ¿no lo crees? - Le pregunté, al ver que no me respondió volví a verlo 

Tenia sus ojos fijos en mi con una mirada que no logre descifrar y menos su siguiente movimiento que fue inclinarse en su silla y su boca choco con la mía, casi provocando un accidente cuando la yegua se asustó y salió disparada.

Habíamos hecho tantas cosas en todo este tiempo que meparecía increíble, me subí a la montaña rusa, vi el atardecer desde el edificioCentral Bren con el a mi lado, practique tiros al blanco, monte un elefantereal en el zoológico del condado. Volé el avión de Hunter hasta una pequeñacuidad en Kansas. Me di cuenta que la lancha fuera de borda que había en elgaraje de mi padre era de Hunter   cuando me llevo a esquiar, una excursión a la que fuimos con amigos que mientras las otras mujeres y yo conversábamos y tomábamos el sol en la playa, él y los demás pasaron con la lancha y nos mojaron todas y todo fueron risas y buenos recuerdos.

Todas esas ocasiones aprendí mucho sobre la compañía y su labor, pero también era consciente que trataba de seducirme, lo peor es que mis excusas por no salir de aventura con el cada vez eran menos creíbles, eran excusas para ocultar la verdad.... Me había enamorado de Hunter Grey

Hunter rara vez intentaba algo mas que besarme, no sabía cómo podía controlarse, aunque estaba segura que debía tomarse mas de una ducha de agua fría. Hasta donde sabia el no salía con otras mujeres y yo tampoco con los hombres, si que tuve que rechazar unos cuantos, aquí no existe eso de no robarle a la chica a otro. Los rechaces a todos y pensé que lo sabría, pero nunca me comento nada.

Salvaje AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora