Maratón 2/3
Izuku no sabía si reía o llorar en ese momento, sus ojos estaban abiertos a más no poder mientras aún sentía los labios del cenizo contra los suyos para después ser soltados.
—Eres, mío Izuku Midoriya – dijo el cenizo con ojos cristalinos para luego volverlo a besar, solo que esta vez un beso más desesperado y demandante.
El pecoso esta vez cerró sus ojos y lo sujetó de su cintura, apresándolo contra su cuerpo. Al final tuvieron que alejarse por la falta de aire.
—Eso, mamona – escucharon la voz de Mina a lo lejos, pero en ese momento a ellos no les importó.
—Izuku – dijo su nombre casi en un susurro, como si temiera que sus palabras fueran a lastimar al pecoso, alzó sus manos y sujetó su rostro con delicadeza. —Lo siento, lo siento mucho, Izuku por todo lo que te he hecho pasar, por todas aquellas cosas que te hice y por el sufrimiento por el que has vivido durante todos estos años. – hablo con un nudo en su garganta, el corazón de Izuku se estrujó atrayéndolo más a su cuerpo – sé que no soy la mejor persona y tengo muchos defectos,- dijo cerrando sus ojos un momento, buscando el valor dentro de él para seguir hablando - he hecho cosas malas de las cuales me arrepiento y tal vez te haga sufrir más adelante ya sea con mis rabietas y fuerte carácter,- el pecoso rio junto con él sabiendo que era muy probable que así fuera - pero aun así, si tú me permites, si tú me dejas yo... yo quiero estar contigo, y no porque sienta que te debo retribuir todo el daño que te cause, sino porque quiero estar contigo, porque yo... - Su voz empezaba a titubear, pero sabía que no debía hacerlo si no quería perder a su pecoso —porque yo... te amo, te amo, siempre lo he hecho, pero tenía miedo, no me sentía digno de ti, y aún lo siento, pero haré lo que sea para poder serlo. Así que, por favor, sigue amándome tanto como lo has hecho todo este tiempo.
En ese momento no había palabras que salieran de la boca de Izuku para poder expresar lo que estaba sintiendo, era una bola de emociones sin fin que no lo dejaban pensar con claridad, sabía que Katsuki no era el tipo de persona que hablara sobre sus sentimientos y menos enfrente de tantas personas, sabía que le había tomado un gran trabajo el decir todo eso y eso era lo que más lo conmovía, sus ojos se aguaron y pequeñas lágrimas se fueron desbordando asustando al cenizo.
—Zuzu – lo llamó de una manera tan dulce que nunca nadie creería que llegaría a hablar el cenizo. Muchos podrían decir que en ese momento habían quedado flechados de él, pero el más enamorado era el mismo hombre al cual le había dedicado todas esas palabras hermosas. —No llores, por favor. – limpió las lágrimas del pecoso.
—Kacchan yo... no sé qué decir, yo estoy... estoy. Rayos. Te amo —declaro por último para volver a besar al cenizo, el cual gustoso lo recibió entre sus brazos. En ese momento se pudieron escuchar varios aplausos, los cuales no lograban escuchar gracias a la burbuja en la que se encontraban ahora. —Debemos irnos.
—¿Qué? ¿Irnos? ¿Adónde? – preguntó anonadado el cenizo, el cual fue tomado al estilo princesa mientras Izuku salía saltando por una ventana.
Katsuki solo reía como un tonto contagiando al pecoso, el cual llegó hasta su departamento lo más rápido que sus piernas le dieron.
Entró a su casa y luego a su habitación donde arrojó al cenizo en su cama.
Izuku se quitó su corbata junto con su camisa, recostándose sobre el cenizo, el cual admiraba el cuerpo del pecoso, el cual amaro sus muñecas con su corbata.
—No sabía que tenías estos fetiches. – Habló coqueto el cenizo.
—No los tengo, es una medida solo por si quieres escapar. No dejaré que huyas, Kacchan, si lo intentas solo empeorarás las cosas. – dijo con voz seductora y ojos fieros que lo hicieron estremecer.
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Beso de amor verdadero (Dekubaku) Finalizada
DiversosKatsuki quedó en un sueño profundo debido a un villano, del cual solo despertará si es besado por la persona que él verdaderamente ama el cual no es su novio Kirishima.