Capítulo 41

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Patrick 

Necesitar salvarlo, por supuesto que ese es el eufemismo más grande que mi padre ha dicho en toda su vida. A Maddox no lo salvas, simplemente ves su desastre. Lo mantenían retenido en un almacén excesivamente grande donde hay cajas apiladas casi hasta el techo formando columnas, nos servirá de cobertura también a nosotros.

Llego a la posición de Maddox, por supuesto que no me sorprende verlo libre, y seis cadáveres en el suelo, es probable que se aburriera en lo que llegábamos. Patea uno de los cuerpos asegurándose de que está muerto y luego se ríe a carcajadas.

Sinceramente da más escalofríos que mi padre.

—¿Esto es todo? Decepcionante —Maddox se ríe otra vez. Miro alrededor, no entramos todos, sólo mi padre y yo, los demás están fuera esperando.

Una de las puertas de acero se abre dejando entrar a Ivar y Markov que viene amenazando a… genial… trae a Azael a punta de pistola. Sí, el mismo que se supone estaba protegido en una habitación por la guardia especial.

Por supuesto que estarían mejor planificados, llevan un buen tiempo pensando en hacer esto, mantengo mi arma a mano viendo la situación, Maddox ladea la cabeza desde su posición. Todos parecen calmados, incluso Azael, la verdad no sé si es porque Markov sostiene el arma, yo no confiaría tanto eso. Markov quiere hacerle daño a Maddox y es capaz de usarlo para conseguirlo.

—¿Qué es esto? No me interesas, Ivar, mucho menos el Volkov que traes contigo —Markov lo fulmina con la mirada mientras aprieta la pistola en su mano.

—Ese no es mi apellido.

—Tampoco te mereces el de Alessio, así que supongo que te quedas sin apellido, aunque el Volkov te queda bien, haces cosas de tu padre.

—Mis padres son Alessio y Maxim, así que cállate —gruñe, apretando el agarre en Azael.

—Tuviste suerte de caerles bien, porque iban a dejarte con la loca de tu madre —Markov enrojece—. Adivina a quien utilizamos para hacer caer a Dima.

—Eres un asco de persona.

—Ciertamente —se ríe, Markov aprieta la mandíbula aferrándose al arma, Azael aún no se mueve—. ¿Vas a matar a mi hijo?

—Si no logro matarte por supuesto que lo haré.

—¿Ya ves, en serio peleaste conmigo por esta escoria?

—Es Markov —replica Azael, agarrando el brazo alrededor de su cuello, Maddox niega, tengo que hacer un esfuerzo para no hacer lo mismo.

Que sea Markov no quiere decir nada.

—Bueno, sí, sabemos que tienes una debilidad por el ruso, pero tienes que pensar un poco más con la cabeza de arriba.

—Cállense.

—Trae a las personas importantes aquí de una vez, no hablo con payasos —Azael le da un codazo en las costillas a Markov y le patea las rodillas mientras corro hacia Ivar y le doy un golpe que lo manda al suelo.

Pateo el arma que trae y planto una bota en el medio de su espalda.  Miro alrededor, Raphael encañonando a Markov y Azael a un lado tratando de respirar, ahora que lo detallo tiene un corte en la cabeza y varios golpes.

—Bonito espectáculo, Maddox —Maddox levanta las cejas cuando una mujer hace acto de presencia, está bien, es esperable, él la quiere aquí y por supuesto que la va a tener. 

—Vaya, por fin aparece alguien importante.

—Están rodeados, es inútil resistirse.

—No hago cosas inútiles, no te preocupes tanto por mi salud.

(III) Perversas intenciones (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora