09.

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"¿Cuál es tu sueño?"

La voz de Max seguía retumbando en la cabeza de Bradley, una pregunta sencilla que había quedado suspendida en el aire, como si fuera algo que tenía que ser respondido, pero él nunca supo cómo.

Max lo había mirado fijamente, lo había mirado con esos ojos negros pero llenos de vida, como si la pregunta fuera más una invitación que un interrogatorio, esperando una respuesta que Brad simplemente no podía dar.

Era una tarde cálida...

El sol comenzaba a esconderse detrás de las montañas, y el cielo se pintaba de tonos naranjas y morados. Estaban en el parque, sentados en el césped, con las piernas cruzadas y un par de cervezas vacías a su alrededor.

Había encogido los hombros, incómodo, evitando la mirada de Max.

Soñar.

Una palabra que, para Brad, había sido poco más que un concepto desconocido, algo para otros, para aquellos que no tenían una lista interminable de reglas y expectativas sobre sus hombros.

"¿Cuál es tu sueño, Brad?"

Bradley se quedó en silencio, mirando las nubes que pasaban lentamente, casi como si estuviera buscando una respuesta en el cielo.

No tenía idea de qué era soñar, de qué esperar del futuro.

Había vivido tanto tiempo bajo las expectativas de los demás que su propia voz, su propio deseo, le resultaba ajeno. ¿Qué quería él? No lo sabía.

Yo quiero conocer el mundo!" Exclamó Max, con los ojos brillando de emoción, su voz cargada de una pasión que Bradley nunca había experimentado.

Bradley se rió nerviosamente, pero en el fondo, le costaba no admirar la forma en que Max hablaba.

Había algo tan desinhibido en él, algo que Brad siempre había deseado ser, pero nunca se había atrevido a ser.

En ese momento, mientras Max continuaba hablando de sus sueños de viajar, de conocer lugares, de vivir sin ataduras, Bradley se sintió más ajeno que nunca. No sabía qué era lo que quería, solo sabía que el mundo de Max, con su rebeldía y libertad, parecía estar a años luz de él.

Pero entonces, como si el tiempo se hubiera detenido, el sonido de los aplausos lo sacó bruscamente de sus recuerdos.

Bradley parpadeó y miró a su alrededor.

Estaba sentado, en un círculo de sillas, rodeado por extraños.

Frente a él, un hombre de avanzada edad sonreía de manera condescendiente, una sonrisa que no era precisamente amistosa.

Hoy tenemos un nuevo compañero... — Dijo el hombre, mirando a Bradley. — Cuéntanos, ¿Quién eres y por qué estás aquí? —

Bradley tragó saliva.

Se sentía fuera de lugar, como si todo a su alrededor fuera un sueño extraño, uno que no sabía cómo interpretar.

Soy Bradley Cremanata III… — Murmuró, pero su voz se quebró.

La mirada de los demás estaba fija en él, y las palabras que quería decir se quedaron atrapadas en su garganta.

El hombre frente a él lo observó por un momento, como si esperara que continuara. Finalmente, dijo: — ¿Primera vez en una terapia de reorientación sexual? —

Bradley asintió, su garganta seca, incapaz de articular más palabras.

Está bien — Dijo el hombre. — Aquí no hay juicios, solo personas buscando la luz. —

Las palabras resonaron en la habitación mientras Bradley se volvía a sentar.

Él también buscaba la luz.

...

Libertad. | Maxley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora