Mientras iban de camino al pozo de los mares.
Ruby: Oye de pura casualidad como es que Conociste a Mariana.
Chelsea: Bueno primero que nada te tengo que decir que ella y yo pertenecemos a un clan de ninjas llamado el clan del dragón púrpura—-Me mira-—Puedo narrar la historia del clan.
Claro para eso es el episodio de hoy.
Narra Chelsea.
En un antiguo templo chino, reside el Clan del Ninja Púrpura, una hermandad de guerreras formidables, vestidas de negro azabache y adornadas con el símbolo de una flor de loto púrpura.
Cada generación, entre las sombras y las espadas, nacía un hombre. Destinado a liderar, su corazón debía unirse al de una de las kunoichi del clan.
Kaito era el último de estos hombres. Desde niño, fue entrenado en las artes ninja, pero su alma anhelaba algo más que espadas y estrategias. Las mujeres del clan, aunque admirables guerreras, no lograban encender la llama del amor en su interior.
Shampoo: Kaito—- la voz de su tía, la matriarca del clan, resonó en la sala de entrenamiento-— Es hora de elegir a tu compañera. El clan te necesita unido.
Kaito:—- suspiró-—Tía, las respeto a todas, pero mi corazón aún no ha encontrado su lugar.
La matriarca asintió, comprensiva.
Shampoo: Entonces, ve y busca lo que tu corazón anhela. Pero recuerda, tu deber hacia el clan siempre será primero.
Con un nudo en el estómago, Kaito abandonó China. Sus pasos lo llevaron a México especialmente a Leon Guanajuato, un país vibrante y lleno de contrastes.
En las calles de la Ciudad, se sintió atraído por la energía de la gente, la música y la comida.
Un día, conoció a Mariseña Sanchez, una joven mexicana que trabajaba en un restaurante. Sus ojos brillaban con la misma intensidad que el mar. Kaito se enamoró perdidamente.
Marisela: Kaito—-dijo un día, mientras caminaban por la playa-—me gusta mucho estar contigo, pero tu vida parece tan lejos de la mía.
Kaito:—-tomó su mano-—No quiero que mi vida sea lejos de la tuya, Marisela. Quiero compartirla contigo.
Kaito regresó a china, decidido a cambiar las tradiciones del clan.
Convoco a una reunión y presentó a Marisela. Las kunoichi, sorprendidas, lo escucharon atentamente.
Kaito: Sé que esto va en contra de nuestras costumbres—- dijo-—Pero mi corazón pertenece a Marisela. Y creo que el amor puede unirnos más de lo que cualquier tradición.
Después de una larga discusión, las kunoichi aceptaron. Marisela se unió al clan y, con el tiempo, se convirtió en una de sus miembros más valientes. Kaito y Marisela demostraron que el amor verdadero puede trascender cualquier barrera, incluso las más antiguas.
Y así, el Clan del Ninja Púrpura, que por siglos había sido una isla de tradición, se abrió al mundo, dando paso a una nueva era donde el amor y la lealtad se entrelazaban.
Fin de la narración.
Ruby: Y eso que tiene que ver contigo y Mariana.
Chelsea: Pues que Marisela era en realidad una de las tantas sirenas de la guerra que decidió alejarse al igual que yo decidió escaparse del reino y refugiarse en León Guanajuato.
Ruby: Oh vaya nunca creí que podría conocer a una Sireninja.
Chelsea: Dos sireninjas, yo también me uní el clan.
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SONIC CONOCIENDO A LOS GILLMAN
FanfictionLos acontecimientos de las dos películas del erizo azul si estuvieran ubicadas en el universo de krakens y sirenas.