(Nota: para una mejor experiencia puedes activar la música;) )
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Como rara cosa, a la mañana siguiente tenia que ir a la universidad, por alguna razón que sigo sin entender desperté en el suelo de mi sala. Un zumbido molesto atormentaba mis oídos con intensidad, mis brazos cubiertos de vendas eran solo un recordatorio ligero de tanto que había ocurrido la noche anterior.
Tambaleando y despegandome del frío suelo, fui alistándome, el dolor de cabeza se hacía cada vez más constante y doloroso, al arreglarme ligeramente y tomar mis cosas me encaminó a la puerta con determinación, pero algo me detiene el instante.
El sonido del timbre.
Sacudí mi cabeza, empezaba a pensar que tanto consumo me estaba llevando a la locura, simplemente pensé que lo había imaginado, cuando volvió a sonar.
Intentaba no creerme falsas esperanzas de que fuera ella, ya que daba por seguro que otra vez me volvería a ignorar como siempre hacia. Me acerque a paso lento a la puerta mientras que ese zumbido en mis oídos seguía atormentandome, para mi desgracia se volvía más intenso cada vez que daba un paso más a la puerta.La abrí haciéndome la idea de que sería un cartero.
Cuando la vi...
Luciendo una falda roja con una camisa manga larga de fresas, su largo cabello recogido en una coleta y su aroma embriagador a coco.Restregué mis ojos con ambas manos, era un sueño.
¿Nos vamos juntos? —
Sus palabras resonaron en mi interior como si acabará de gritar en el Gran cañón.
— P...por supuesto...
Agarro mi mano entrelazando nuestros dedos y llevándome fuera de mi hogar, cerré la puerta detrás mío y nos dispusimos a partir a la universidad.
No comprendía el por que vino, pero era tan reconfortante estar a su lado...Que no me importaba.
Las horas de clase pasaban y para ese entonces ya tenia guardadas en mi cartuchera unas doce noticas enviadas por Emma, todas hacían insinuaciones un tanto.
Extrañas.Al recibirlas yo simplemente la miraba de reojo y la encontraba mirándome con uno ojos que reflejaban claras sus intenciones con mi persona, se veía tan encantadora viéndome con esos ojos que representaba tanto lujuria como inocencia a la vez, que lo único que podía hacer era sonreírle.
Las noticas siguieron clase tras clase, unas eran más discretas qué otras.
Al salí por fin de las clases me proponía a ir a mi casa cuando llego ella y me jalo del brazo, llevándome entra risas a un centro comercial cercano.
No entendía sus planes ni que hacía pero simplemente la seguí.Recorriamos el lugar entre risas y pequeñas platicas, nos dábamos largos besos que me embriagaban, me sentía por primera vez aceptado en el mundo de ella.
Me arrastro hasta una cabina fotográfica, donde nos tomamos muchas fotos con distintos sombreros y collares.
Genuinamente estaba disfrutando este día, se sentía como tocar el cielo.Dimos un par de vueltas más al rededor, íbamos de tienda en tienda bromeando y siendo simplemente la complementación del otro, yo le compraba a Emma cosas de alguna que otra tienda a la que íbamos y ella me lo agradecía con el mejor gesto.
Un beso de sus cálidos y suaves labios.
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Bajo El Efecto Del Engaño || Emma
Ficción Generaluna de las necesidades del ser humano siempre será el sentirse amado por alguien y por tan solo experimentar esta sensación hay personas que sacrificaría todo, por la persona que aman. Hasta puntos donde ya no saben distinguir entre cosas tan simple...