Día 4

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Contenido explícito.

Letras así en negrita significan voz de omega o alfa.

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Desde el día tres, las cosas habían avanzado significativamente. El aroma a jazmín, impregnado con la esencia característica de Vincent, llenaba cada rincón de los aposentos, creando un ambiente denso y embriagador. La intensidad de las feromonas parecía estar en su punto máximo, y Rody, aunque lo soportaba estoicamente, comenzaba a sentir cómo le afectaban, despertando en él un deseo que luchaba por mantener bajo control.

Vincent se removía en la cama con inquietud, su respiración ligeramente acelerada y su rostro encendido por el calor del celo. Finalmente, se sentó en el borde del colchón, deslizándose lentamente hasta quedar de pie. Sus ojos, brillando con una mezcla de vulnerabilidad y deseo, se fijaron en Rody, quien estaba sentado junto a la ventana, intentando distraerse mientras leía un informe del trabajo. Sin embargo, sus orejas finamente afinadas captaron el movimiento detrás de él, y al girar la cabeza, encontró la figura de Vincent acercándose.

La expresión en el rostro de Vincent era clara: sentía una necesidad que no podía ignorar más. La tensión en el ambiente se volvió palpable, como si el aire mismo hubiera decidido quedarse inmóvil para presenciar aquel momento.

Rody... —susurró Vincent, su voz ronca y quebrada, cargada de emociones que no lograba ocultar.

Rody dejó el informe a un lado y se levantó lentamente, manteniendo sus ojos fijos en el omega. Sabía lo delicado de la situación y lo importante que era mantener la calma.

—Vincent, ¿cómo te sientes? —preguntó con suavidad, aunque internamente estaba luchando contra el torbellino de emociones y reacciones físicas que el aroma de Vincent le provocaba.

Vincent no respondió de inmediato. Dio un par de pasos hacia él, sus manos temblorosas levantándose para sujetar ligeramente la camisa de Rody. Su fragilidad en ese momento contrastaba con la fuerza que usualmente mostraba, y eso despertó un instinto protector en el alfa.

No puedo más... —confesó Vincent, inclinando su frente contra el pecho de Rody. Su voz apenas era un murmullo, pero las palabras resonaron en el silencio de la habitación.

Rody suspiró, llevando una mano a la nuca de Vincent para tranquilizarlo. Sabía que el celo de un omega no era algo fácil de soportar, y mucho menos para alguien como Vincent, que odiaba perder el control.

—Estoy aquí para ti —dijo Rody, su voz firme pero llena de cariño—. No tienes que enfrentarlo solo.

La tensión en el cuerpo de Vincent pareció disiparse un poco al escuchar esas palabras. Cerró los ojos, dejando que el calor reconfortante de Rody lo envolviera. Sin embargo, ambos sabían que esto apenas era el principio de una noche larga y complicada.

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El silencio entre ambos parecía hablar por sí solo. Vincent permanecía apoyado en el pecho de Rody, su respiración entrecortada y sus manos aferrándose a la tela de la camisa del alfa como si fueran su único ancla en medio del caos que sentía.

—Rody... —murmuró, con una mezcla de timidez y deseo en su voz—. No puedo controlar esto... se siente tan... —Se detuvo, incapaz de terminar la frase mientras el rubor cubría por completo su rostro.

Cuidando a Vincent -Dead Plate-  Omegaverse AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora