𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟏 - 𝐄𝐬𝐞 𝐕𝐞𝐬𝐭𝐢𝐝𝐨

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Al terminar de comer y de acabar con ese ambiente tan tenso que se produjo debido a la conversación entre Dylan y Nicholas, no me quiero imaginar si ellos dos se quedaran solos, nos invitaron a ir a la parte trasera del local.

En la parte de atrás había una piscina con un gran jardín para los clientes del restaurante, por lo que me lamenté de no traer nada para ir a nadar.

-Que lamentable que no haya traído mi bikini -Mencioné triste.

-No te preocupes, yo te traje uno -Observé a mi madre sorprendida.

-¿En serio? -Me acerqué a ella -Muchas gracias, mamá -Me dió una bolsa con el bikini dentro -Ya vuelvo -Beso a mi novio para luego irme al baño que se encontraba a un lado.

Me vestí y por un momento me avregoncé cuando me ví en el espejo, ya que mi madre había escogido un bikini muy provocador, era de tonalidad rojo carmesí con unos cuantos detalles dorados que resaltaban con mis pendientes que llevaba puestos en ese momento.

Salí del baño con una toalla que había ahí para que los clientes tomaran una por el momento.

Sentí algunas miradas en mí cuando salí a estrenar mi bikini, lo de algunos hombres, de mi novio e incluso sentí en la manera en que me miraba Nicholas, pero no le dí importancia alguna.

-¿Vamos? -Le dije a Dylan mientras dejaba mis cosas a un lado.

-Espera -Me tomó del brazo -Dejame cuidarte la piel -Me dió el bloqueador solar y mientras me echaba yo en mi rostro, él me la aplicaba en la espalda, ya cuando me eché en todo el cuerpo, nos fuimos a lanzar en la piscina.

Nadé rápidamente hasta llegar a la otra esquina de la psicina, me encantaba nadar, pero a Dylan se me dificultaba, por lo que me reí cuando intentaba llegar hacia a mí, porque lo hacía demasiado lento, hasta que decidí mejor ir dónde él.

-Cuidado, tiburoncín -Dije entre risas.

-No te burles -Se reía igualmente -Sabes que no soy un buen nadador como tú -Decía mientras se intentaba sacar las gotas de agua del rostro.

De repente, vimos como Nicholas se lanzó justo al lado de nosotros, llenando nuevamente el rostro de Dylan con agua, lo que me causó más risa.

-Perdón -Se disculpaba mi tio mientras se reía al igual que yo.

-No hay problema -Respondió mi novio, a lo que nosotros nos colocabamos en una esquina solos.

-Pensaba invitarte a una cena pasado mañana en la noche, ¿estarás libre?

-Claro que sí -Nos besamos lentamente y al separarnos, escuché a mi madre llegar a un lado de nosotros.

-El agua está demasiado tibia -Asentí con la cabeza -Está perfecta.

-Si, hace tiempo que no ibamos a uno de estos lugares, madre.

-Deberíamos salir más seguido, no te preocupes, Kiara -Me guiñó el ojo y se fue nadando hacia mi tio.

-Sé que he estado un poco ocupado últimamente, pero es que quería darte una sorpresa hace un tiempo, pero con todo de la preparatoria, no había podido entregartelo -Me decía mientras tenía mis brazos enrollados en su cuello.

-¿De verdad? -Sonreí -Que dulce de tu parte, ¿dónde está?

-Te lo entregaré en la cena, solo espero que te guste.

-Sea lo que sea, sé que me gustará, porque sabré que me lo diste tú.

-Eres muy linda, Kiara Gray -Sus ojos brillaban cuando lo observaba detenidamente -¿Qué hice para merecerte?

-Te amo -Dije en un susurro.

-Yo también te amo -Me besó en un beso tranquilo, pero tierno.

Cuando atardecía, Dylan aprovechó de ayudar a mi madre mientras yo me quedé con mi tío sentados a un borde de la piscina y solo colocamos nuestros pies en el agua.

-Parecía que la pasabas bien con Dylan -Me dijo de repente.

-Él es divertido y tierno -Decía mientras jugaba con mis pies en el agua.

-¿Divertido y tierno? -Dudó Nicholas -Supongo que eso es suficiente para ti.

-¿Qué quieres decir? -Pregunto confundida por si tono sarcástico.

-El problema es que no te das cuenta de quién realmente está a tu altura -Mencionó con tono cansador.

-¿Todas estas indirectas contra Dylan es por esa vez que te hablé que posiblemente me estuviese engañando con otra persona?

-¿Tú que crees? -Se acercó a mí y con un susurro me lo dijo, sentí su aliento caliente pasar por mi oído, pero se alejó al segundo cuando me terminó de hablar.

-Creo que me equivoqué, que solo estaba raro porque me preparaba una sorpresa -Dije finalmente.

-Esperemos que esa sorpresa haya valido la pena por las inseguridades que te hizo pasar antes -Se acercó nuevamente a mí en un susurro -Para serte sincero, yo no te trataría así si fueras mi pareja -Se levantó para luego caminar para ayudar a mi madre.

Procesé por un momento lo que me acababa de decir, pero solo me levanté para ayudar con las cosas para irnos a la casa.

Dejamos de pasada a Dylan en su casa y luego fuimos por la extensa carretera hasta llegar a nuestro hogar.

Me duché una vez que llegamos y me coloqué mi pijama, al bajar para ir a comer algo para cenar, me voltee cuando bajé las escaleras y vi a mi madre a lo alto con aquel vestido negro que fuimos a comprar en aquella tienda por su aniversario con mi padre y que nunca pudo ocupar, mis ojos solo se aguaron con lágrimas al verla brillar de esa manera, su sonrisa era resplandecente.

-¿Qué tal me veo? -Me preguntó una vez que llegó hasta el último escalón.

-Te ves... -Me sequé las lágrimas -Muy hermosa -Sonreía a pesar de lo mojada que se encontraban mis mejillas -Te ves muy hermosa, madre.

-Ay, mi vida -Se acercó a mí en un abrazo -Sé que este vestido lo compré especialmente para que lo viera tu padre -Me besó en la cabeza y nos alejamos lentamente -Pero ya es hora..., tenía que usarlo en algún momento.

-Está bien, madre, lo entiendo -Reí levemente -Solo es que... me emocioné, eso es todo.

-¿Nos vamos? -Llegó Nicholas, tomando el brazo de mi madre en un gancho leve -¿Qué ocurre, Kiara? -Preguntó preocupado al verme de este modo.

-No es nada -Sequé completamente mi rostro ahora -Solo es que me emocioné por lo linda que se ve mi madre -Sonreí para que no se preocuparan más.

-Que tierna eres -Comentó -No llegaremos tarde -Me decía para no preocuparme.

-Vamos, Nicholas -Abrieron la puerta sin antes despedirse de mí.

Caminé hacia la cocina y intentaba buscar helado, pero no había ninguno, en eso, pensé en Gracie, ella siempre sabía lo que comía, por eso me dejaba los helados guardados.

-Ay Gracie, como te extraño... -Dije para mi misma.

Me PertenecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora