𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟒 - 𝐏𝐞𝐫𝐬𝐩𝐞𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚

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Cuando la noche cayó, todos habían venido a cenar, la madre de Kiara hablaba con Nicholas mientras su hija se encontraba en total silencio, con suerte tocó su comida para jugar con ella, no tenía apetito alguno.

-La salida al Mall estuvo bien, compramos unas cosas con Clarissa y Mónica solo se compró unos pendientes y... -Nicholas la escuchaba atentamente, pero de reojo veía a Kiara entristecida.

Sus sentidos se habían apagado por un momento hasta que levantó su mirada cuando escuchó que la llamaban.

-Kiara -Su madre la miraba confundida -¿Por qué estás así? -Su hija solo la miraba sin emoción alguna -No entiendo como puedes estar tan triste, deberías salir más...

-Thalia... -Él dijo en voz baja, pero ella siguió hablando.

-Ya sé -Mencionó con entusiasmo -Deberías de invitar a Dylan y...

-¡No! -Su hija golpea la mesa y se coloca de pie, pero solo puede observar a su madre con impotencia -Dylan... me engañó con otra, asique no quiero volver a escuchar ese nombre en mi vida.

Kiara aprovecha de irse mientras que Thalia queda estupefacta y solo alcanza a mirar a Nicholas sorprendida.

-¿Qué sucedió? -Preguntó sin poder creerlo.

-Me acababa de enterar hace poco, Thalia -Dijo con tristeza -Lo mejor es darle espacio para que la situación se tranquilice.

-Tienes razón -Asentía con la cabeza -Hay que dejar que el tiempo pase mientras...

Nicholas quedó pensativo por un instante, sin prestarle la más mínima atención a ella, solo pensaba en una cosa ahora... Kiara.

Luego de que pasaban los días, se fijó que Dylan no vino a la casa dentro de la semana, por lo general aquellos que son infieles, siempre vienen arrodillánse a que los perdonen para volver con la persona que engañaron, pero esto era diferente.

Llevaba a Kiara a la preparatoria como todas las mañanas y la iba a recoger en la tarde, pero se percató que Dylan no se aparecía por allí. Durante el transcurso del camino, no hacia ningún sonido, ni siquiera una simple palabra, ya no lo saludaba o le daba las gracias cuando la dejaba en la preparatoria, su relación entre tio y sobrina se había roto de alguna forma, pero él quiso recuperar esa confianza.

Había ciertos días que en casa trabajaba de forma remota en la computadora y en su tiempo libre se dedicaba a la jardinería, su especialidad era enterrar y plantar flores en el jardín de atrás de la casa, aunque hasta el momento habían unas cuántas esparcidas por el pasto.

Según él, cada flor tenía su propio significado, las cuidaba una vez que las plantaba y solo él las mantenía, era muy específico cuando se referían a sus plantas. Después de un tiempo se colocaba a leer, buscaba los libros que habían sido tocados por Kiara para de alguna forma entenderla mejor, era una forma de acercarse a ella, aunque no lo supiése.

Cuando aparecía la noche, él aprovechaba las caminatas nocturnas para que de alguna forma se despejara de cuyos pensamientos que le atormentaban, aunque a pesar de no poder tener los mismos sentimientos o emociones que los demás, solo una de ellas se intensificaban en ciertas ocasiones.

No quería volver a la casa o sentía que cometería algún error con Kiara, la quería sentir, abrazar, besar...

Pero le lastimó que no fuera correspondido como él quisiera, aunque ¿qué significó ese momento? Ese impulso que ella dió el primer paso, ¿estará enamorada de él?, ¿en verdad fue un error como le dijo?

Todo esto le está dando vueltas en su cabeza y solo quería vengar a su amada de ese cretino que la manipuló a su antojo, por eso es que llegó hasta la casa de Dylan.

Se percató que Dylan tenía la costumbre de ir con un vendedor de drogas a cierta hora de la noche, era un hábito que Nicholas había notado desde hace tiempo, por lo que lo siguió manteniéndose en las sombras.

Cuando llegaron a un callejón, Nicholas aumentó el paso hasta alcanzarlo.

-Necesitamos hablar -Dijo con una calma que era casi aterradora.

-¿Qué haces aquí? -Se dió la vuelta cuando lo retuvieron contra la pared.

-¿Qué te pasó en tus piernas? -Se había percatado que Dylan cogía cuando caminaba.

-La puta de Kiara me lastimó -Suspiró fuerte -¿Veniste aquí para burlarte?

-¿Ella te hizo eso? -Su expresión era de burla al escuchar aquello -¿Entonces tú les lastimaste sus muñecas y ella te lo regresó de vuelta hacia tus piernas? -Estaba sorprendido -Vaya mujer... -Con esto quedó más enamorado.

-Si ya viniste para eso, es mejor que me larg... -Cuando quiso marcharse, antes de que pudiése reaccionar, Nicholas lo empujó contra la pared con fuerza, sujetándole el cuello.

-¿Sabes cuántas veces lloró por tu culpa? -Lo miraba fríamente -¿Cuántas veces me rogó que no hiciera nada? -Unos días atrás había hablado de vuelta con ella, pero Kiara seguía triste por la ruptura, era su primer amor, asique él lo entendía muy bien.

El primer amor nunca se olvida, Kiara debe ser suya para siempre.

-Déjame -Se retorcía e intentaba safarze.

Intentó defenderse, pero Nicholas era mucho más fuerte.

-Shh... -Lo soltó y éste cayó al suelo con una respiración agitada, su rostro hasta casi se veía morado -Tranquilo... -Sonrió sádicamente -Esta es una avertencia para que no vuelvas a herirla -Se agachó hasta su altura -Pero si con la más mínima sospecha de que la dañaste otra vez, te mataré -Su semblante cambió a uno amenazante -¿Oíste bien?

Dylan solo asentía varias veces con su cabeza mientras con una de sus manos se sostenía el cuello.

-Buen chico -Le acaricio el cabello como a un perro y se marchó de ese sitio.

Se colocó de vuelta su capucha, resguardando su cabello negro alborotado, dejando solo a la vista sus ojos esmeralda que brillaban bajo la luz de la luna.

Me PertenecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora