Capítulo 27: Abismos del Tormento

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La mansión de la manada se había convertido en un hervidero de tensión y furia apenas contenida. Los trillizos, Killian, Liam y Leo, se movían como bestias enjauladas, sus ojos brillando con una mezcla de desesperación y sed de venganza. La imagen de Kamala, yaciendo inmóvil en su cama, era un recordatorio constante de su fracaso en protegerla.

Con pasos decididos, Killian se acercó a Nataly, la bruja blanca con sangre de elfo. Su voz, normalmente suave, ahora era un gruñido gutural. "Necesitamos que veas los recuerdos de Kamala. Todo. Sin censura, sin piedad."

Nataly palideció, pero asintió. "Debo advertirles," dijo, su voz temblorosa, "que esto podría destrozarnos a todos."

"No hay precio demasiado alto," intervino Liam, sus ojos fijos en la forma inmóvil de Kamala.

"Una cosa más," añadió Killian, su tono urgente. "La Flor del Mar. Necesitamos cada maldito detalle sobre ella y el precio que exige. Usa tus contactos elfos, soborna, amenaza, haz lo que sea necesario."

En la penumbra de la habitación de Kamala, Nataly inició el ritual. Sus manos, colocadas sobre las sienes de la joven inconsciente, comenzaron a temblar violentamente. De repente, un grito desgarrador, primigenio en su horror, escapó de sus labios. "¡NO MÁS! ¡POR FAVOR, NO PUEDO!" aulló antes de desplomarse, su cuerpo convulsionando de manera grotesca.

Durante dos horas interminables, Nataly permaneció inconsciente, su rostro contorsionado en una mueca de agonía que helaba la sangre. Los trillizos montaron guardia, sus cuerpos tensos, preparados para lo peor.

Cuando finalmente Nataly despertó, sus ojos estaban vidriosos, como si hubieran contemplado el infierno mismo y hubieran quedado marcados para siempre.

"Kamala..." comenzó, su voz un susurro ronco. "Ella mató a la compañera de Daimon. Y lo que vino después... fue una pesadilla sin fin, un tormento que desafía la comprensión humana y sobrenatural."

Los trillizos se inclinaron hacia ella, sus rostros máscaras de anticipación horrorizada.

"Solo pude soportar ver un mes," continuó Nataly, lágrimas de sangre deslizándose por sus mejillas. "Pero fue... fue como si la estuvieran despellejando viva, una y otra vez. La desmembraban y la volvían a unir, solo para empezar de nuevo. El dolor... era como si cada nervio de su cuerpo estuviera en llamas, constantemente. La sumergían en ácido, la quemaban viva, la congelaban hasta que sus extremidades se quebraban como cristal."

Killian gruñó, un sonido bestial que hizo temblar las ventanas. Lessandro tuvo que sujetarlo para evitar que destrozara la habitación.

"Y Aisha..." Nataly se estremeció visiblemente, vomitando bilis negra antes de continuar. "Esa bruja... es un monstruo salido de las peores pesadillas. No solo torturaba su cuerpo, sino que se alimentaba de su agonía mental como un parásito insaciable. Creaba ilusiones donde Kamala masacraba a su propia familia, donde veía morir a todos los que amaba de formas horripilantes, una y otra y otra vez. La obligaba a revivir esos momentos, amplificando cada sensación, cada grito, cada gota de sangre derramada. Vi cómo forzaba a Kamala a devorar los cuerpos mutilados de sus seres queridos, cómo la hacía creer que ella misma los había destripado con sus propias manos."

El aire en la habitación se volvió eléctrico, cargado de una rabia tan intensa que casi se podía saborear. El poder emanando de los trillizos era abrumador, una onda de furia pura que se extendió por toda la mansión. En los pasillos, los miembros de la manada caían de rodillas, aullando de terror y suplicando clemencia ante una amenaza que no podían ver pero que sentían en lo más profundo de su ser.

Lion, reconociendo el peligro de perder el control por completo, usó su voz de alfa para romper el trance. "¡BASTA!" rugió, el comando reverberando en las paredes con tal fuerza que agrietó los cristales de las ventanas.

Alessandro, con los ojos inyectados en sangre y una sonrisa que prometía violencia inimaginable, pronunció las palabras que sellarían el destino de sus enemigos: "Una vida por una vida, dolor por dolor y sangre por sangre. Los haremos suplicar por la muerte, y se la negaremos. Cada grito de Kamala será devuelto mil veces. Cada lágrima será pagada con ríos de sangre."

Killian y Lion asintieron, una promesa silenciosa de venganza brutal formándose entre ellos. El aire crepitaba con la intensidad de su juramento.

Nataly, temblando incontrolablemente, añadió: "Kamala es... inhumana en su resistencia. Cualquier otro habría enloquecido o muerto mil veces. Es más que una alfa o una luna... es algo que no tiene nombre. La vi soportar torturas que harían que los dioses mismos suplicaran por piedad. Y aun así, en lo más profundo de su ser, mantuvo una chispa de esperanza, un núcleo inquebrantable que ni siquiera el infierno pudo destruir."

La bruja, con voz entrecortada, continuó: "Pero el precio que ha pagado... su cuerpo puede sanar, pero su mente... las cicatrices que lleva son más profundas que cualquier herida física. Necesitará más que amor para sanar. Necesitará un milagro."

Mientras la mansión se preparaba para la guerra, transformándose en una fortaleza lista para el asedio, los trillizos permanecieron junto a Kamala. Sus mentes ya no planeaban una batalla, sino una masacre de proporciones épicas. La guerra que se avecinaba sería un baño de sangre, una venganza tan terrible que haría temblar a los mismos dioses.

Killian, con una voz cargada de emoción, habló: "Kamala, mi amor, mi luna. Juro por todo lo sagrado que cada lágrima tuya será vengada. Deimon, Aisha y todos los que te lastimaron conocerán un dolor que hará que sus torturas parezcan caricias en comparación."

Liam, normalmente el más calmado, ahora irradiaba una furia fría y calculadora. "Investigaremos cada debilidad, cada punto vulnerable. No habrá escondite seguro para ellos."

Lessandro, sus ojos brillando con una determinación feroz, añadió: "Y cuando hayamos terminado, el mundo temblará al escuchar nuestros nombres. Nadie volverá a atreverse a tocar lo que es nuestro."

Y en medio de todo, Kamala yacía, inconsciente pero inquebrantable, un testimonio silencioso de la resistencia de un espíritu inquebrantable frente a horrores inimaginables. Su cuerpo inmóvil era el catalizador de una tormenta de venganza que amenazaba con desgarrar el mundo mismo.

La mansión, antes un refugio, ahora se había convertido en el epicentro de una furia primordial, lista para desatarse sobre aquellos que se habían atrevido a lastimar a uno de los suyos. La cuenta regresiva para el apocalipsis había comenzado.

El destino de la luna rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora