En un páramo desolado, donde el aire mismo parecía estar impregnado de muerte, Aisha se erguía sobre una montaña de cadáveres putrefactos. Su belleza etérea contrastaba grotescamente con la carnicería que la rodeaba. Con un gesto de aburrimiento, pateó un cráneo cercano, observando cómo rodaba colina abajo.
"Estoy aburrida, Deimon," se quejó, su voz melodiosa en discordancia con la escena macabra. "Esa chica, Kamala... ni siquiera vale la pena el esfuerzo. ¿Viste cómo se desmayó solo con verte a la distancia? Patético. Ya disfruté torturándola durante medio año antes de que se rompiera. ¿Qué diversión hay en un juguete ya roto?"
Deimon, parado al pie de la montaña de cuerpos, gruñó. Sus ojos brillaban con una mezcla de lujuria y sed de sangre. "Debe morir, Aisha. Debe sufrir como sufrió mi compañera."
Aisha soltó una carcajada que hizo que los cuervos cercanos alzaran el vuelo, aterrorizados. "Oh, querido. Qué delicado eres. Tu compañera murió sin dolor, fue rápido y limpio. ¿Dónde está la diversión en eso?"
Se deslizó por la pila de cadáveres con una gracia inhumana, aterrizando junto a Deimon. Sus ojos, antiguos y crueles, brillaron con una idea malévola. "Pero si insistes... podríamos hacer algo verdaderamente memorable. Algo que haga que nuestras hazañas anteriores parezcan juegos de niños."
Deimon sonrió, una expresión que prometía horrores inimaginables. "Te escucho, mi querida sádica."
Mientras tanto, en un claro del bosque bañado por la luz de la luna, Nataly se encontraba con su padre, el elfo Elda. Su rostro estaba marcado por la preocupación y el cansancio.
"Padre," dijo Nataly, su voz apenas un susurro. "¿Qué dijo el ancestro sobre la Flor del Mar?"
Elda cerró los ojos, como si el peso de la información fuera demasiado para soportar. "La Flor del Mar es más que un mito, hija mía. Es una realidad terrible y hermosa."
Nataly contuvo la respiración, esperando.
"Es cierto que puede curar cualquier herida física, incluso arrancar a alguien de las garras de la muerte," continuó Elda. "Pero los traumas del alma... esos permanecen intactos, quizás incluso amplificados por la curación del cuerpo."
"¿Y las sirenas?" preguntó Nataly, recordando las antiguas leyendas.
Elda soltó una risa amarga. "Ah, las sirenas. No son las criaturas benevolentes que muchos creen. Son mezquinas, egoístas y orgullosas. Solo ayudan a aquellos que consideran dignos de su belleza. El resto... pueden ahogarse por lo que a ellas respecta."
"¿Y el precio?" Nataly temía la respuesta, pero necesitaba saberlo.
"El precio es la belleza misma," respondió Elda, su voz cargada de pesar. "Las sirenas desean ser las únicas capaces de apreciar la verdadera hermosura del mundo. Aquel que reciba el beso de la sirena y use la flor... perderá la vista en el momento en que la magia surta efecto."
Nataly jadeó, horrorizada. "¿Ceguera? ¿Ese es el precio?"
"Sí y no," dijo Elda. "Perderán la vista física, pero ganarán algo más. El don de ver la magia, de percibir lo que está oculto para los demás. Verán la esencia de las cosas, la verdad detrás de las ilusiones."
El silencio cayó entre ellos, pesado y cargado de implicaciones. Nataly pensó en Kamala, en su cuerpo roto y su mente torturada. ¿Sería este precio demasiado alto? ¿O sería una bendición disfrazada, permitiéndole ver más allá del horror que había experimentado?
"Hay algo más," añadió Elda, su voz apenas audible. "El ancestro dijo que usar la Flor del Mar no es solo una decisión, es un destino. Aquellos que la buscan a menudo descubren que el precio es solo el comienzo de un camino mucho más oscuro y peligroso."
Nataly sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. Las palabras de su padre resonaban con una advertencia ominosa, una profecía de eventos por venir que podrían cambiar el curso de la historia sobrenatural.
"Debo informar a los demás," dijo finalmente, su voz firme a pesar del miedo que sentía. "Tienen que saber a qué nos enfrentamos."
Elda asintió, sus ojos antiguos llenos de una tristeza infinita. "Ve, hija mía. Pero recuerda: en la guerra que se avecina, la línea entre salvación y condenación será más delgada que nunca."
Mientras Nataly se alejaba, llevando consigo el peso de este conocimiento terrible, el bosque pareció susurrar advertencias en un lenguaje olvidado. La luna, testigo silenciosa, brillaba con una luz fría sobre un mundo al borde del caos.
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El destino de la luna rota
WerewolfEn un mundo de pasión, peligro y magia, "El Destino de la Luna Rota" es una historia de amor, redención y el poder sanador de la manada.