Capítulo 14: Encuentro con la Sirena

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 El Lago del Bosque Negro era una visión cautivadora. Sus aguas cristalinas reflejaban los rayos del sol que se filtraban a través del dosel de árboles, creando un ambiente mágico y sereno.

Talia se detuvo en la orilla, haciendo un gesto a los trillizos para que se mantuvieran en silencio. "Esperen aquí. Voy a llamar a nuestra invitada."

Con elegantes movimientos, la bruja roja comenzó a entonar un canto en un idioma desconocido. Poco a poco, las aguas del lago comenzaron a agitarse, y una figura femenina emergió de la superficie.

Era una mujer hermosa, con cabello largo y sedoso que parecía fundirse con el agua. Sus ojos brillaban con una belleza sobrenatural, y su piel tenía un tono nacarado que hipnotizaba la mirada.

"Bienvenidos, visitantes," dijo la sirena con una voz melodiosa. "¿Qué los trae a mi lago?"

Killian dio un paso adelante, su porte sereno y su mirada firme. "Buscamos una flor. La flor del mar. Hemos oído que usted la cultiva."

La sirena los observó con curiosidad. "¿Y qué me ofrecen a cambio de tan preciado regalo?"

Lessandro sonrió, su confianza habitual volviendo a brillar. "¿Qué tal... una muestra de nuestra propia magia?"

La sirena ladeó la cabeza, una sonrisa enigmática en sus labios. "Interesante oferta. Pero necesito algo más... personal."

Lion se tensó, sus instintos de protección poniéndose en alerta. "¿Qué es lo que quiere?"

La sirena se acercó a la orilla, su mirada fija en Killian. "Un beso. De uno de ustedes."

Killian intercambió una mirada con sus hermanos, antes de asentir lentamente. "Muy bien."

El destino de la luna rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora