La madre de Karan llegó a casa agitada, cuando entró encontró a Alan intentando protegerse con una almohada del mueble y a Karan mirándolo enojado.
—¿Qué le hiciste a mi niño? —Karan corrió a los brazos de su madre al verla y Alan rodó los ojos mientras se sentaba en el sofá, que era de un color grisáceo. En sí, la casa estaba decorada con colores tenues, las paredes pintadas de blanco, y la mayoría de muebles eran de color café, gris y algunos cuadros con los bordes amarillos.
—Me quiso atacar porque no le dejaba salir, mira, —Alan enseñó su brazo donde se notaba una gran marca de los dientes de su hermano— me mordió. —Comenzó a quejarse y su madre empezó a reírse porque la situación le resultaba divertida. —Dijo que tenía un alfa. Ahora que lo pienso si tiene el olor de alguien más encima...
—¿Qué?, ¿Desde cuándo? —Ella se acercó interesada, sentándose al lado de su hijo mayor y dejando su bolso al lado. Karan también se sentó pero al lado de su madre. Aún seguía en ese estado, pero se sentía cómodo con su madre.
—Si no lo sabes tú, menos yo. —Subió los hombros, mientras se levantaba para ir a desinfectar la herida. Atravesó el pasillo yendo a la cocina, allí se resguardaba el kit de emergencia. —Voy a curarme esto, si me necesitas, llámame.
Su madre asintió mientras le introducía un inhibidor a la boca a Karan, luego ella también fue a la cocina a conseguirle un poco de agua. Karan aceptó el agua y se la tomó con rapidez, pronto el omega se calmó recobrando la conciencia, estaba un poco inquieto pero su mamá le explicó mejor lo que sucedió.
—¿Tienes un alfa? —ella estaba curiosa sobre la situación. Karan jamás le escondió nada y le resultaba sorprendente que no le hablara de eso antes. Aunque recientemente él estaba siendo más independiente.
—¿Qué? No, eso jamás. —Su madre achicó los ojos sin creerle. —Digo la verdad, ni siquiera me gusta nadie. Bueno si hablamos del tipo de agradable olor... solo me gusta su olor. —Confesó recordando el chico de aquella vez. Aunque el aroma fue lo que más le atrajo, no podía negar el atractivo de ese muchacho, quién poseía un rostro armonioso, y unos preciosos ojos de color avellana. Sin embargo se veía bastante joven...
—Creo que encontraste a tu pareja, no tengo dudas. Tu omega ya lo aceptó, así que tarde o temprano terminarán juntos. —Su madre se escuchaba emocionada, como si esperaba ese día hace mucho.
Karan abrió los ojos con sorpresa, estaba atónito, como se le ocurre a su omega interno tomar una decisión sin su consentimiento. Y además ese chico era claramente menor de edad...
—No creo, además no quiero meterme con un niño. —Se arregló un mechón de pelo que le caía encima de la frente.
—¿Es un niño? —Alan regresó con el brazo ya vendado. —Viste lo que me has hecho. —Miró a Karan con fastidio.
—Te lo merecías —Alan se acercó y desordenó el cabello de Karan, quién en respuesta intentó morderlo de nuevo. —Y sí, parecía un niño, aunque es más alto que yo. —Dijo recordando la altura de Esteban, tal vez practicaba algún deporte, pues Karan notó sus brazos bien trabajados.
—¿Qué quieres decir? —Su madre, que estaba a su lado lo miró fijamente. Ella mostraba su interés sin cuidado.
—Es que tiene cara de nene, realmente se ve como alguien de quince, no soy un pedófilo. —Karan arrugó las cejas algo incómodo.
Alan comenzó a reírse más eufórico y Karan lo miró enojado.
En casa de Esteban,
Su madre lo observaba molesta y de igual manera el alfa la miraba del mismo modo. Los inhibidores que ella antes le dio no funcionaron y Esteban seguía sin tomar el control.
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OMEGA POR ERROR
Genç KurguKaran es un omega nacido de una familia de completos alfas, un día yendo a su chequeo médico debido a problemas con su segundo género, se encuentra con Esteban, y poco a poco esos encuentros serán más frecuentes en la vida de Karan, trayendo consigo...