10. Te extrañé.

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Jimin

Un golpe suave sonó en la puerta, me fue inevitable preguntarme si Jeon había cambiado de opinión. Caminando hacia la puerta, apreté mi bata y desbloqueé la cerradura. Mientras la abría un poco, el hombre de mirada amable de antes se paró frente a mí. Sus ojos marrones estaban fijos en los míos y movió su barbilla hacia el cuarto.

–¿Puedo entrar?

Retrocediendo de la puerta, traté de permanecer de pie, pero el dolor por haber caminado demasiado hizo que mi lesión palpitara.

–Siéntate -ordenó, al ver mi malestar. Con cuidado descendí en el extremo de la cama. Moviéndose delante de mí, él se puso en cuclillas. Levantó la mirada a través de sus pestañas –¿Puedo revisar tu pierna?

Mis ojos se ampliaron. Tendría que levantar mi bata, exponerme.

–Soy un doctor. Me ocupé de ti, te arreglé. Mi nombre es Eunwoo -debió haber detectado mi shock –Anteriormente, fui soldado y médico. Estás en buenas manos. No voy a hacerte daño.

Agachando la cabeza, casi al borde, se enfocó de nuevo en su trabajo. Parecía tan preocupado por mí, tan sincero. Él no era tan severo como Jeon, ni tan brusco en su forma de hablar. Me sentí extrañamente a gusto en su presencia, pero no podía evitar comparar a todos los hombres con los discípulos y los profetas. Sin embargo, la personalidad de Eunwoo era completamente diferente, sus acciones hacia mí eran cuidadosas.

–Mi nombre es Jimin -dije en voz baja.

Él levantó la cabeza, con una sonrisa tímida apareciendo en sus labios.

–Encantado de conocerte, Jimin -dijo educadamente. Entonces, con una mano firme, cepillo sus oscuros cabellos hacia atrás. Se sentó y preguntó en voz baja –¿Puedo revisar tu pierna, ahora que sé tu nombre?

Asentí en silencio, levanté la bata, hundiendo mi barbilla en vergüenza. Revelando mi vendaje, pude ver pequeños rastros de sangre filtrándose. Las manos de Eunwoo eran suaves en mi pantorrilla mientras desenvolvía el vendaje, permitiéndome ver mi herida por primera vez desde que había despertado.

–Se está curando muy bien. Voy a aplicar un poco más de crema y vendarla de nuevo -Eunwoo se levantó y se acercó a la bolsa de medicina grande que había dejado sobre la mesa. Él regresó a aplicar la pomada, el olor fuerte de esta quemando mi nariz. Luego aplicó nuevos vendajes y la medicina, quitando algo de mi malestar.

Cuando cerró la bolsa, se levantó apoyándose en la mesa con los brazos cruzados mirándome.

–Te voy a llevar a mi habitación, Jimin. Voy a cuidar de ti mientras Jeon está fuera -habló después de unos segundos que para mí fueron eternos.

Era claro, él había notado como mi cuerpo comenzaba a tensarse. Se acercó lentamente hacia mí sentándose en la cama.

–Jeon y yo hablamos sobre ello. Él estará fuera mañana por la mañana en un recorrido largo. No estará para protegerte. Así que vendrás a mi habitación y voy a cuidar de ti hasta que él vuelva.

Un malestar se instaló en mi vientre.

–Si soy una carga, puedo irme ahora. No quiero quedarme donde no soy querido.

Hades ‣Kookmin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora