All I Want For Christmas Is You

19:00

¿Cuántos minutos llevaba Chiara dando vueltas a la isla de la cocina? Posiblemente alrededor de unos diez minutos. Y Violeta lo confirmó mirando la pantalla de bloqueo del teléfono entre sus manos.

–Tenía tantas cosas planeadas para esta noche, para hacer con Nagore y Nael que...

Diez minutos llevaba hablando con su familia, intentando tranquilizarse por la pérdida de aquella noche taaaan especial para ella. La actriz aguantó otro suspiro entre sus labios, cansada, ella también había perdido su noche de calidad en solitario... Durante unos segundos la actriz miró hacia la copa de vino que seguía en aquella isla de la cocina, desconectando de lo que estaba diciendo en aquellos momentos la menorquina a través de su teléfono, y estuvo tentada en ir a recogerla, pero eso sería interrumpir aquel circuito personal de su asistente, dando vueltas a la isla de la cocina.

–En cuanto permitan conducir, yo voy, solo son 50 minutos en coche y espero no estar mucho tiempo aquí–volvió a escuchar que decía la isleña, dando pequeños golpecitos a la madera mientras se seguía moviendo–. Quiero estar con vosotros.

Mira, es algo que tenemos en común.

Antes de que pudiera seguir escuchando aquella conversación, que volvía una y otra vez sobre el mismo tema, Violeta notó su teléfono móvil otra vez vibrar pero aquella vez indicando una llamada entrante:

–¿Hola?

Era su mejor amiga, Denna.

–Dime que ya has salido de la reunión con los de Netflix–dijo con la voz acelerada la rubia a través de la llamada–. Dime que ya estás en tu palacio de cristal, a salvo, cual reina del hielo.

Violeta respiró una sonrisa, mientras se volvía a girar hacia las vistas de la ciudad. Le encantaba perderse mirando hacia Madrid; apunta al sol si quieres llegar a la luna, era lo que siempre le decía su abuela. Y desde aquel ventanal, era lo más cerca al cielo que se podía estar.

–En casa, sana y salva. Aunque...

–¡Te dije que te vinieras con nosotras!–le interrumpió Denna en aquellos momentos y Violeta aguantó el chaparrón una vez más; aquella conversación ya la habían tenido hacía días–. Aquí tengo a Lucia preparando la cena, a Sara con las decoraciones y Claudia... Bueno, no sé qué está haciendo ella, pero... ¡Tendrías que haber...!

–No quería pasar esta noche con tus amigas, Denna–cortó antes de que pudiera seguir.

No quería pasar la noche con nadie, en realidad.

–Creía que te caían bien.

–Y me caen bien.

La rubia bufó sobre el micrófono del teléfono y Violeta pudo escucharlo perfectamente:

–Eres todo un caso.

–Gracias, pero esta noche quería estar sola–volvió a explicarle, a ver si de una vez lo entendía–. Y mañana también. No quería pasar estos días rodeada de esa falsa amabilidad de la gente, o una felicidad desmesurada como si el mundo fuese un lugar mejor solo por ser Navidad. Odio estas fechas, ¿lo recuerdas?

–Obviamente que lo...–entonces se detuvo en mitad de la frase y Denna cayó en la cuenta de algo–. Espera... espera... ¿querías estar sola? Eso es pasado. ¡Estás formulando la frase en pasado, Violeta Isabel!

–Sí, bueno, Chiara ha...

–¿Chiara? ¡¿TU CHIARA?!

Sus ojos se cerraron con fuerza ante aquel chillido de la rubia.

–Jesú', qué tortura...¿me vas a dejar terminar?

–Me callo, me callo–rápidamente replicó–. Que esto pinta demasiado interesante.