Capítulo 1 Hechos, Problemas

3.8K 190 19
                                    

Había una vez...

No, para nada había una vez, situándonos en la época antigua después del reencuentro de Inuyasha y Kagome...

"Estúpida humana, cómo te atreves a llamarme "cuñado""pensaba Sesshomaru mientras cruzaba el cielo después de haber pasado a despedirse de Rin, y después de toparse con el "imbécil de su medio hermano" que iba con aquella sacerdotisa atrevida. "No volveré, estúpidos humanos inferiores , creo que lo mejor será dejar que Rin haga su vida como la humana que es, aquí estará segura lejos de tanto peligros además el "Lord de la tierras del oeste" no puede permitirse tener una debilidad"

Habían pasado ya dos años desde que Kagome había decidido renunciar tanto a su época, como a su familia, claro, todo por ir tras su verdadero amor. Lo que ella desconocía era que el destino caprichoso como es, le iba a jugar una broma de mal gusto.

Todos los días eran iguales, su mejor amiga y casi hermana, Sango, mantenía ocupada con su familia, lo que le dejaba muy poco tiempo para compartir con ella, sobre todo cuando se quedaba sola y Miroku e Inuyasha se iban a exterminar demonios. Shippo siempre estaba fuera de la aldea. Rin, pobre Rin había quedado a cargo de la anciana Kaede y desde que Sesshomaru le dijo adiós, no volvió. Inuyasha; diablos Inuyasha era como un niño pequeño y haragán, cumplía llevando el sustento a su cabaña pero fuera de eso no convivía mucho con ella. Ella vivía ocupada con sus entrenamientos de sacerdotisa, hierbas, arco, demonios, oficio, blah blah blah, si pensaba que por sacar sus estudios superiores se había graduado de estudiar estaba muy equivocada. Y lo que pensaba que iba a ser una vida ideal a lado de su amado Inuyasha era muy diferente de sus ensoñaciones. Al parecer los primeros días todo era miel, dentro de lo que cabe, ya que ella había decidido no entregarse carnalmente a él hasta que fuera una sacerdotisa hecha y derecha, cosa que le tomaría cerca de tres años. Él tampoco la había presionado, al parecer el simple hecho de compartir "vivienda" con ella y tener uno que otro roce, le era suficiente.

Ya no había adrenalina y los días se habían vuelto cansones, también descubrió que sin el objetivo de terminar con un fuerte oponente y sin Kikyo de por medio, Inuyasha era un ser muy simple por no decir...aburrido...

Cerca del monte Fuji...

-¡Diablos, Jaken, ve por refuerzos!- Decía un muy cansado Sesshomaru, que al parecer llevaba días enteros combatiendo un ejército interminable de demonios occidentales. Con todo y Bakusaiga se las estaba viendo duras.

-Amo bonito, resista, Jaken irá por el estúpido de Inuyasha.-

Esto comenzó hace cerca de un dos años, Sesshomaru al ser un taiyoukai despertaba mucha envidia, se había escuchado el rumor que occidente quería conquistar tierras orientales. Después de dejar a Rin con los humanos y regresar a sus tierras, decidió darle sabor a su vida y ampliar su territorio, claro, como buen perro nada le era suficiente y él prefería dar el primer golpe antes de permitir que los rumores se hicieran realidad.

Además de eso tenía un pequeño problema, bueno, si se le puede decir así, últimamente había revivido el enorme vacío que lo perseguía desde niño. La pequeña humana había calmado un poco esa soledad pero todos sabemos que no se puede tapar el sol con un dedo y después de dejarla en un lugar seguro, ese pequeño parche había desaparecido.

Él era un ser frío, pero elegante, educado y diplomático, por lo que había citado a los cuatro grandes Lords de Occidente y a los tres de Oriente a una reunión para hacer un tratado de libre comercio y comprobar si los rumores eran ciertos o si sólo eran eso, rumores. Incluido él, eran ocho regentes en una gran y "diplomática reunión" situada en el consejo oculto del Monte Fuji, un palacio ubicado en un punto neutral para ambos territorios.

Pero como si de una conspiración astral se tratase, había fallado en sus negociaciones "pacíficas" con occidente...

-Vamos Sesshomaru, no esperas que sólo porque eres descendiente del gran Inu no Taisho yo te daré paso libre a MI territorio- dijo un anciano piel de serpiente, regente del norte, en occidente.

-Disculpe anciano Negi pero precisamente por eso estamos reunidos, es conveniente una alianza entre sus tierras y las nuestras, eso no significa que les vayamos a quitar sus tierras, mucho menos que vayamos a vivir al polo más frío del planeta.- dijo Sesshomaru en su usual tono frío, casi se podían ver pingüinos en la sala.

-Para ti Sesshomaru es, "Relámpago del norte"- dijo hostilmente el anciano

-Yo opino que es imposible permitirnos perder ésta oportunidad, o ustedes qué opinan, Sara, Luka- dijo un pequeño niño rubio (dueño del oeste como Sesshomaru) dirigiéndose a los otros dos grandes de occidente. Sara era una hermosa amazona del sur de occidente, también conocida como "La bruja cruel del destino", y Luka, un ser cubierto por una capa negra misma que no permitía conocer su identidad también conocido como "Luka del este".

-Mira Anciano ese título ya te queda grande- dijo la amazona dirigiéndole un guiño a Sesshomaru- y estoy de acuerdo contigo "Fantasía Letal"- dijo dirigiéndose al pequeño rubio de rostro inocente.

Después de horas de discusión llegaron a la conclusión de no abrir gratis paso a oriente, Sesshomaru fue el designado por los Lords de Oriente para tomar las decisiones, ninguno quería entrar en controversia con las rarezas de Occidente, ya que los rumores decían que podían llegar a ser muy crueles si algo no les parecía bien.

Y eso fue lo que pasó, "La bruja cruel del destino" había puesto como única condición que Sesshomaru la marcara como su hembra y así la unión, sería completa. Los tres de Occidente también estaban de acuerdo, nada como una unión de pareja para comprobar las ganas de unificarse con ellos. Pero estamos hablando de Sesshomaru el inalcanzable.

-Anda Sessh, sé mi pareja y reinemos en paz- decía una muy caliente zorra, digo Sara, sin importarle que habían seis persona más viendo.

-...-contó del uno al mil, respiró hondo y... - Mire mi estimada Bruja Cruel, jamás, ni porque fuera la última "mujer" de oriente y occidente juntos, escúchelo bien, Jamás la haría mi compañera, con todo respeto puedo vivir sin sus productos o bien fijar la cuota en oro por el tratado de comercio. Pero me respeto lo suficiente como para no venderme.- dijo Sesshomaru en un tono frío, que de no ser por su expresión solemne cualquiera pensaría que en cualquier momento diría, es broma casémonos.

¿Quién en su sano juicio se echaría encima a semejante cuarteto de locos? Sesshomaru

-Mira imbécil, tú nos reuniste y tú querías la alianza pero ahora no solo nunca habrá una alianza también nos has declarado la guerra. -dijo Sara completamente fuera de sí.

-Yo no quiero guerra Sara- dijeron tanto el pequeño rubio como el hombre de la capa.

-Yo ya soy mayor y no busco morir, no aún, lo único que puedo decir es que me retiro y la cuota en mi territorio será la misma cinco toneladas de oro por siglo, punto, y me retiro.- y así quedó vacío el asiento del anciano piel de serpiente.

-Lo mismo con nosotros, cinco toneladas de oro por cinco toneladas de diamante- dijo Fantasía Letal, hablando también en nombre de Luka del este. Segundos después desaparecieron.

-Parece que la guerra será sólo contigo, Bruja.- dijo Sesshomaru frío y sin sentimientos.

-Por supuesto Sessh, ni pienses que quedarás tranquilo después de tu ofensa.- en otro tono de voz, conjuró- "Un año a partir de hoy, sufrirás un cambio en tu reloj, conmigo has de batallar, pero tú mismo serás tu pesar. Sólo con el verdadero amor dejando el orgullo atrás, marcando de corazón, de vuelta resurgirás"

Sesshomaru y Kagome Crónicas de un viaje juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora