Capítulo 14 "Sake"

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Kagome POV
Después de la partida de Abbadon, sentí un enorme vacío dentro de mí, fue muy doloroso para mí revivir un pasado olvidado y volver a vivir en carne propia una pesadilla tan lejana. Inuyasha y Sesshomaru hablaban mientras mi Rey del Hielo me sostenía protectoramente en sus brazos...

-Largo idiota, ya cumpliste "la misión" que estaba encomendada a ti.- dijo Sessh en un tono considerablemente filoso.

-Feh, tú no me dirás si me voy o me quedo. Además quiero hablar con Kagome.- dijo Inuyasha con un tono neutro.

-Tú no mereces ni respirar cerca de ella.- tomé el brazo de mi querido Sessh y asomé mi rostro que hasta ese momento había estado mimándose en su pecho.

-¿Qué es lo que quieres Inuyasha?- no es que me importe pero ya no quiero más peleas, escucharlo unos minutos no me quitará nada.

-"Ella" te envía disculpas, y yo también necesito que me perdones.-dijo Inuyasha con una voz llena de aflicción.

-Imbécil, me parece que tienes agallas para atreverte a pedir disculpas.- dijo Sessh, al tiempo que yo sentía cómo su cuerpo se tensaba.- No, mejor dicho, eres un cínico de mierda.- escupió mi querido taiyoukai, con un tono lleno de desprecio y repugnancia.

-Sessh, será mejor partir.- susurré mientras devolvía mi rostro a su pecho, realmente no estoy para escuchar idioteces.

-¡Kagome!- insistió Inuyasha ahora con un tono demandante.

-Mira Inuyasha, yo no te perdono nada. Sí, trajiste el recado de la diosa Hotaru y devolviste el corazón de Abbadon, pero considerando todo lo que hemos pasado yo diría que estamos a mano.-hice una pausa y tomé aire.- Si "ella" me envía disculpas es algo que me tiene sin cuidado...

-¡Basta! Tú no eres la Kagome que yo conocí...-agachó su cabeza y casi en un susurro prosiguió con su aburrido discurso.- Kikyo murió arrepentida y dio su vida para que yo recuperara mis extremidades, además esa piedra azul tenía una parte de tu propia alma, por eso regeneró el daño...

-¡Basta tú! A mí me tienen sin cuidado tus sermones estúpidos, me tiene sin cuidado lo qué ha pasado contigo y con esa muerta resucitada...-lo vi, el claro reflejo del dolor manchaba sus ojos, pero yo sólo estaba exponiendo sinceramente lo que salía desde el fondo de mi corazón.- me tiene sin cuidado si esa piedra tenía una parte del alma que esa bandida me robó. Sólo quiero que sepas que no me interesa en lo más mínimo lo que hagas o dejes de hacer, Inuyasha.

-Ya escuchaste híbrido, ve a llorar tus tragedias a alguien que le interese.- dijo Sessh, dándole la espalda a Inuyasha y prosiguiendo con nuestro camino.

-Ojalá y te hubiese dejado morir.- yo simplemente lo ignoré y me abrace del cuello de mi Sessh.

-Lo mismo te puedo decir.- dije antes de que mi Sessh se elevara por las nubes, quiero pensar que Inuyasha seguirá adelante y me dejará seguir a mí también. No le guardo rencor pero tampoco olvidaré todo el daño que me ha hecho.

Llegamos hasta la aldea de la anciana Kaede y ahí nos encontramos con todos mis amigos, la más feliz parecía ser Rin que llevaba ya cerca de un año sin ver a Sessh. Sango lucía bien y desde luego era de esperarse ya sus tres hijos estaban más grandes desde la última vez que los vi, Miroku increíblemente permanecía estoico al lado de ella, Shippo apenas me vio se lanzó a mis brazos y Rin permanecía con una enorme sonrisa al lado de la anciana Kaede. Así se llevó a cabo un pequeño encuentro, les comenté a muy grandes rasgos mi historia, la verdad no quería entrar en detalles, estaba más preocupada por llegar a mi casa y darme un buen baño...

-Kagome, apenas puedo creer todo lo que me estás diciendo, ¿Cómo es posible que Inuyasha fuera capaz?- dijo Sango con una expresión llena de sorpresa, e incluso me atrevería a decir que de duda.

Sesshomaru y Kagome Crónicas de un viaje juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora