Capítulo 9.-El resplandor de Reiyi.

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Set:

No me lo podía creer ¿Qué estaba pasando? ¿Porqué el ambiente había cambiado tan drásticamente? ¿Que había forzado al dragón ceniciento a desencadenar su furia y mandar encarcelar a Yara? Pensaba a toda velocidad, intentando encontrarle sentido y posibles soluciones a la situación. La hembra había dicho que Yara era culpable y se tomarian las debidas consecuencias. ¿Culpable? ¿De que podría ser culpable ella? Era un ser extremadamente dulce y considerado, jamás habría cometido algo tan grave como para provocar esa reacción tan agresiva en la manada.

Aunque en realidad no sabía nada sobre ellos,ni su grado de agresividad habitual, ni sus costumbres...absolutamente nada. Ni siquiera su especie. Aunque en mi mente albergaba varías teorías todavía no tenía ninguna prueba que me ayudara a probarlas. La mas probable era que yo perteneciera a este clan, o tal vez a otro vecino. Aunque la pregunta del por qué había vivido tanto tiempo retenido por El Amo en la cueva seguía siendo un verdadero interrogante...

La dragona negra se acercó a mí, con esos gráciles movimientos que supuraban elegancia en cada gesto. Inclinó  la majestuosa cabeza y me habló, mirándome directamente a los ojos.

"He de hablar contigo"

"¿Encarcelas a mi amiga y vienes a hablar conmigo con tanta tranquilidad?" No podía dar crédito a lo que oía. "¿Todos los dragones sois igual de hipócritas?"

"No tiene nada de hipocresía. Tu amiga pertenece al grupo que ha herido a Yeil,uno de los nuestros"

"Ella no ha echo nada, estoy seguro"Afirmé rotundo. ¿Cómo iba a haber echo eso Yara? Además habíamos estado juntos casi todo el tiempo todos los días. Además hacía un par de semanas que nos habían secuestrado, y desde entonces habíamos estado prisioneros. ¿Cómo podría haberse unido al grupo que hirió al tal Yeil?

"Cuanto tienes por aprender pequeño... los humanos son malvados por naturaleza. Manipulan y destruyen, cobren su alma para que sea imposible vislumbrar el interior. Jamás te fíes de un ser humano"

"No todos son así" No sabía muy bien si argumentaba para convencerla a ella o para convencerme a mí mismo.

Ella me miró, y simplemente obvió mi opinión para ir directa al grano.

"Has de saber que aquí la gran mayoría no aprecían a los humanos, y me incluyo en ese grupo. Esa humana no te va a traer mas que problemas, y a nosotros también, por lo tanto esa humana será sacrificada"

"¿¡Qué!? ¡No podeís hacer eso! ¡Dijiste que si ganaba el Honsú podríamos quedarnos los dos!" Mi grado de horror iba en aumento. ¿Por qué las cosas se complicaban tanto?

"Eso fue antes. Como comprenderas no podemos aceptar entre nosotros a una humana que ha atentado contra la vida de un miembro del clan. Ya bastante nos cuesta acatar las consecuencias del  Honsú en circunstancias normales como para hacer frente a esto" Resopló la hembra, en un gesto que indicaba claramente que deseaba finalizar la conversación.

"¿Qué pruebas teneís de que fue Yara la que hizo eso?" Pregunté, dispuesto a ahondar todo lo posible en aquel asunto.

"Uno de los Rastreadores localizó su olor cuando luchó contra ella para ayudar a Yeil, y ha comprobado que es el mismo olor que el de tu amiga"

"Pero eso no puede ser" Estaba empezando a desesperarme, no encontraba ninguna salida.

"Si que lo es. Los Rastreadores no se equivocan, pequeño"

"Quiero hablar con ella" Supliqué. Esperaba que tuviera la mente tan lúcida como en la lucha. Si no fuera por sus consejos...

La dragona me miró un instante, meditando, y finalmente asintió, dando su conformidad. Aliviado, me esforzé en seguirle el paso, corriendo detrás de su cola alargada cubierta de pinchos.

Alma de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora