Capítulo 7

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Katelyn

Me encuentro frente al espejo, observando lo que llevo puesto. Me encanta lucir sofisticada pero exrtremadamente sexy a la vez. No creo que luzca EXTREMADAMENTE sexy, pero creo que al menos si me robo varias miradas. Al apartar el cabello de mi hombro, puedo notar un pequeño moretón en mi cuello. Sonrío, recordando lo sucedido. Sus besos, sus caricias, la pasión con la que me hizo suya.

Por Dios, me hiciste sentir mujer como nunca nadie había logrado.

Cierro los ojos y suspiro.

-Me muero por estar en tus brazos de nuevo.

-¿De quién diablos hablas?-me sobresalto y volteo rápidamente. Mi madre estaba parada en la puerta de mi habitación.

-¿Qué no sabes tocar?

-¡Katelyn, por Dios! ¿Qué te pasa? ¿Estás loca o qué?

Miro a mi madre, confundida.

-¿De qué me hablas?

-Esta mañana cuando entré a la cocina encontré un desastre de mermelada por todos lados.

-¿Y?-digo, disimulando los nervios. Me volteo nuevamente hacia el espejo.

-Y... ¡una prenda tuya en el suelo! ¿Cómo te atreves a meter un hombre a la casa?

Sonrío, aliviada. Mi mamá no sospechaba nada.

-Me atrapaste.

Mamá me voltea hacia ella.

-¿Tan cínicamente lo dices? ¿Por qué haces esto? ¿Dónde quedó tu dignidad, tu moral?

-¿Todavía me lo preguntas?

-¿A qué te refieres?

-Solo sigo tu ejemplo, mamita.

Ella levanta la mano, a punto de pegarme.

-Cuidadito contigo. Creo que estoy bastante grande para que me estés pegando.

-Apenas tienes aquí dos semanas y ya estás haciendo esas cosas, esas cochinadas. ¿Me avergüenzas, sabes?-dice negando con la cabeza.

-Ya no soy una niña, así que lo que yo haga en mi vida íntima a ti no te importa.

-Te veo y no te reconozco. El sexo sin amor es algo vergonzoso. Es algo que hacen las mujeres baratas sin escrúpulos.

-Las mismas mujeres que se acuestan con el marido de su mejor amiga.

No sé por qué te lastimo de esta forma. Siento tantas cosas. Coraje, rabia, impotencia. Todo por tu culpa.

Los ojos de mi madre se llenan de lágrimas.

-No puedo creer que me estés hablando así. Nunca lo habías hecho.

Perdóname, mamá.

-Nunca he tenido motivos para hacerlo. Hasta ahora.

-No entiendo. ¿Por qué se te hace tan dificil acceptar que Will y yo nos amamos?

Ni yo misma sabía la respuesta exacta. El porqué de mi desacuerdo y todo ese coraje que sentía hacia mi madre, eran tantas cosas.

-Tú lo sabes bien. Yo más que nadie sé que eso lo que dices ser amor no existe.

Salgo del cuarto enojada y dejo a mi madre llorando. Se le pasará. Ella es así de sentimental.

Mi rostro se ilumina al ver a Evan. Me acerco y rodeo su cuello.

-Hola.

Pero él no responde, solo me mira seriamente, quita mis brazos y se aleja.

Sabor a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora