Capítulo 18

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Katelyn

Salgo de mi habitación y encuentro a Evan en el pasillo, hablando por celular. De seguro me oye acercarme porque voltea hacia mí y sonríe, colgando rápidamente la llamada.

-¿Con quién hablabas?-pregunto una vez que estamos frente a frente.

Él me abraza por la cintura.

-No seas tan curiosa-me da un pequeño beso en la nariz.

-Ah... ¿Entonces no me vas a decir?

Me besa los labios.

-No.

-Como tú quieras, Carter-digo empujándolo.-¿Ya desayunaste?

-Sí, tomé una taza de café hace un rato-Evan me toma nuevamente de la cintura, esta vez acariciando mi piel descubierta por el corto top que llevo puesto.

-Pero no sé, me quedé con hambre.

Ay, Evan. Mejor voy preparando mi voz seductora.

-¿Tienes hambre?-pregunto rozando su entrepierna. Él asiente con la cabeza y se lame los labios.

Lo traigo loco. Evan es más fácil que la tabla del uno.

-Entonces déjame...-lo miro fijamente sin dejar de acariciarlo donde más le gusta.

-Déjame...-quito mi mano y rodeo su cuello como una pequeña niña emocionada-... ¡Prepararte algo de comer, Carter!-le doy un corto beso en los labios y me alejo velozmente.

Para cuando este reacciona de tal desplante, yo ya estoy bajando las escaleras.

-¡Niña del mal! ¡Espera!

Volteo y veo a Evan iniciando una persecución contra mí. Acelero el paso y termino de bajar las escaleras con él detrás de mí. Como me encantan estos juegos. Sigo mi camino, corriendo, hacia el comedor, pero al llegar me detengo de golpe. William está leyendo el periódico y su taza con café humeante descansa en la mesa. Al verlo siento algo de culpa. Es decir, le chupé el pene a su hijo prácticamente en sus narices. Soy una descarada. Evan me toma de la cintura por detrás al alcanzarme, pero al ver a su padre ahí sentado me suelta con la velocidad de un rayo. Por fin, William voltea la mirada hacia nosotros.

-¡Katelyn, por Dios!-su expresión es una combinación de alivio y reprensión. Deja su periódico sobre la mesa.-La próxima vez que te quedes fuera de la casa, por lo menos avísanos. Tu madre tenía el alma pendiendo de un hilo, pensando lo peor.

-Creo que estoy bastante grandecita para que tenga que estar pidiendo permiso, ¿no crees?

-No te estoy diciendo que tengas que pedir permiso, si no que nos avises, para saber si estás bien.

-Pues aquí estoy, ¿no? ¡Vivita y coleando!

Salgo del comedor con disgusto, dejando a Will con la palabra en la boca. No sé porque sigo teniendo esta actitud de mierda con él y mamá. Debería aceptar de una vez los hechos. Subo las escaleras. Y ahora que lo digo, no solo me refiero a mi mamá y Will, esto también incluye a Evan. Acepta los hechos, Katie. Encara la realidad. Creo que me encerraré en mi habitación por un rato.

Evan

Luego de tal escena, el padre a su hijo y niega con la cabeza.

-¿Qué vamos hacer con esta niña?-toma un sorbo de su café y vuelve a su lectura.

No quieres ni saber todo lo que pienso hacer con ella.

Sabor a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora