Capítulo 13

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Katelyn

Horas despues, aún me encontraba en mi habitación. Desde lo ocurrido por la mañana, no había salido, hasta dejé sin terminar la comida. No me importó nada. Solo quise salir de ahí, no pude soportarlo.

Evan, ¿por qué lo hiciste? Lo único que has logrado es que lleguemos a estar así. ¿Me amas de verdad?

Observo un pequeño retrato en el velador. Mi mamá aparecía tan alegre y feliz, como si no hubiera tristeza detrás de esa bella sonrisa.

Esto es una locura. Son tantas cosas. No puedo.

Entierro la cabeza en la almohada, a punto de llorar otra vez. Pero de pronto escucho como la puerta de la habitación se abre.

-¿Qué quieres?-pregunto sin subir la mirada. Sé que es él. Nuestros padres aún no llegan. Tiene que ser él, a menos que sea un fantasma.

Nadie contesta. Evalúo la posibilidad de que sea un fantasma. Una gota de temor se derrama dentro de mi cerebro. Me niego a desenterrar la cabeza de la almohada. Siento como alguien se sienta en el borde de la cama. Subo la mirada. No es un fantasma.

-Evan, ¿qué haces aquí? Ya te dije que...

-Cállate-dice con frialdad. No puedo ver su rostro. Está sentado dándome la espalda.

Me quedo pasmada por su manera de contestar. No es más dulce. No hay ni un poco de cariño en su voz.

Entonces voltea. Ha estado llorando, puedo decir que demasiado. Sus ojos hinchados, su nariz algo enrojecida. Sus labios formaban una línea recta. No más esa sonrisa encantadora. Me duele en el alma verlo así.

Se sube a la cama y empieza a acercarse a mí.

-¿Qué haces?

Está sobre mí. Está a horcajadas sobre mí.

-Evan, ¡¿qué haces?!

-Esto es lo único que quieres, ¿no?-me susurra. El olor a alcohol que emergía de su aliento era fuerte.-Pues aquí estoy...

Me besa. Me da un beso tosco, vacío. No lo disfruto para nada. Recuerdo todos los momentos increíbles que pasamos. Los besos inolvidables que nos dimos. Nada de eso se compara con esto. Logro cortar el beso.

-¡Evan, quítate! ¡Estás loco!

Me sujeta los brazos contra la cama, inmovilizándome. Y empieza a besarme el cuello salvajemente.

-¿Quieres que pare?

Cierro los ojos sin contestar. Evan deja un camino de besos hasta el valle de mis senos.

-Esto es lo único que buscas, ¿verdad?-murmura mientras se deshace de mi blusa.

-¿Esto es lo único que quieres de mí?

Me sostiene de la cintura y sus besos descienden hasta mi abdomen. Mientras me besa, va desabrochándome el sujetador. Luego me lo quita y lo lanza hacia cualquier lugar.

Lágrimas brotaban sin cesar de mis ojos. Evan besa y succiona mis senos mientras estruja mi trasero con sus manos.

-Solo diversión, ¿no?

Sabor a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora