Capítulo 17

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Evan

Me encuentro sentado en la sala, observando el reloj una y otra vez. Ya son las tres de la mañana y de Katelyn ni sus luces.

No puedo evitar sentirme preocupado. Y celoso. No quiero ni imaginarme lo que puede estar pasando entre esos dos. Pero no puedo evitar hacerlo. Mi mente se llena de imágenes dolorosas, ficticias y reales, como la del beso de aquel día. No soportaría verla en los brazos de otro otra vez. Si supiera lo que soy capaz de hacer por ella, me querría como yo a ella... Pero, maldita sea. Ese beso, no me lo puedo sacar de la memoria. Soy un idiota por enamorarme de una chica como ella.

La furia se apodera de mí. Es una mierda estar enojado con uno mismo. Me dirijo a mi habitación rápidamente, con esperanzas de conciliar el sueño y que así esta noche acabe de una vez.

Katelyn

Trato de no ser ruidosa al entrar a la casa. De seguro ya todos están durmiendo. Tiro mi bolso sobre el sofá.

No pude hacerlo.

Me acerco a una repisa donde hay muchas fotografías familiares. Veo un retrato de Evan que era más o menos reciente y lo tomo. En la foto, él sonreía mientras veía su pastel de cumpleaños con todos muy felices a su alrededor. Siempre tuvo esa sonrisa que ahora me encanta.

¿Por qué se me hace tan difícil aceptar algo tan...?

Y de nuevo, todo revive en mi mente. Siempre es lo mismo. Cada vez que estoy a punto de ceder siempre hay algo que me lo impide. Quiero dejar de cerrarme a los sentimientos simplemente porque es mi manera de protegerme del dolor. Me causa tanto coraje e impotencia que tenga la respuesta frente a mis ojos pero no hago nada al respecto. Y estoy tan cansada de estar así.

Es más... ¿Saben qué? Quiero estar con él ahora. Es más fácil hacer lo que te provoca si no sientes. Y hoy no quiero sentir.

Subo las escaleras dirigiéndome al cuarto de Evan. Abro la puerta lentamente y ya adentro la cierro a mis espaldas. Lo encuentro despierto y me mira seriamente sin decir nada por unos segundos.

-¿Qué quieres?-dice finalmente.

-¿Todavía estás despierto?-pregunto sonriendo y acercándome.-¿Me estabas esperando?-Subo a la cama y me siento a horcajadas sobre él, asentando las caderas sobre su estómago.-Pues aquí estoy...

Rozamos nuestros labios.

-¿Qué haces?-murmura él.

Paso mi lengua despacio por sus labios y rozo su estomago con mi entrepierna. Él respira hondo.

-Quítate.

Me detengo y lo miro a los ojos.

-¡Que te quites!

-Qué te pasa, Carter?-sonrío y me acerco nuevamente a sus labios.-Yo sé que lo deseas.

Él me toma de las muñecas y me obliga a sentarme.

-¿Para qué me buscas?

Otra vez se hará el duro conmigo.

-Me haces el favor de salir de mi cuarto.

-Evan, yo...

Sabor a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora