'Capitulo 2'

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Narra Raquel

Me desperté en un sitio oscuro, las paredes estaban pintadas de negro y destruidas. Había una cama rota donde estaba yo atada a la pata con una cuerda, que por cierto me estaba destrozando las muñecas.
No había ni una puta ventana, y encima la luz de la lámpara no alumbraba casi nada.

Esto es una puta mierda, porque a mi.

De repente abren la puerta. Era él.

- Pero si la niña rica esta despierta - sonrío 
- No me llames así
- Y a mi no me lleves la contraria - se puso serio - te voy a tener que enseñar las normas de cómo comportarte - volvió a sonreír.
- Sueltame hijo de puta
- ¿Como que hijo de puta? - me dio un bofeton - no me faltes al respeto puta.
- Yo no te le faltó si tu tampoco - me puse recta.
- Te gusta contestar por lo que veo. - se apoyó en la pared.
- ¿Que hago aquí? - cambie de tema 
- Secuestrada
- Porque
- Tu padre, al no darnos el dinero, pensé que si te secuestraba darían bastante dinero por ti. 
- Eres un cabron - me prepare para el bofeton.
- Eso me lo dicen mucho
- ¿Porque no me has pegado?
- Quieres que te pegue
- No porfavor

Se iba ir y yo aquí muerta de hambre. Ósea no, no se iba a ir así porque así. Necesito agua y comida. 

- Oye tu, tengo hambre y sed

Me miró y salió por la puerta. Cabron. Pensé, no me lo creó en serio necesitó algo.
Otra vez la puerta se abrió y era él con COMIDA! Si, gracias a dios.

- Toma
- Gracias

Me lo comí todo, me daba igual si llevaba droga o yo que se pero me moría de hambre. Se me quedó mirando y se estaba riendo

- ¿De que te ríes?
- No me estaba riendo - Dijo serio
- Porque eres tan bipolar
- No soy bipolar niñata - me contestó.
- Si tu lo dices, y por cierto tengo nombre
- Ya, Raquel
- me le quede mirando - y no me vas a decir como te llamas
- Pensaba que lo sabrías
- Pues no lo se
- Doblas, Rubén Doblas - se irguió. 
- No eres James Bond

Y una sonrisa traviesa apareció en su boca.

- Acabas de sonreír
- Mentira - se levanto - ¿Ya has terminado?
- Si, gracias Doblas

Narra Rubén

¿Como que Doblas? No podía parar de mirarla y sonreír, espera no te estarás enamorando. No, yo nunca me enamoró, nunca.
Cogí el plato y ya me iba del cuarto oscuro.

- Oye voy a poder salir de aquí
- Estas secuestrada como vas a salir - dije girandome para mirar su belleza
- Digo de este mierda de cuarto, me puedo mover por la casa
- Ya vere - claro te puedes mover hasta mi habitación para poder follarte duró. No Rubén no para ya.

Fui a la cocina y lave los platos y me tire al sofá a jugar a la play un poco, espero que se duerma un poco debe descansar.

*3 horas después*

Pff habia jugado mucho a la play, tengo hambre cogeré algunas patatas y ya.
Debería bajar a ver como estaba Raquel, aunque me haga el duro con ella en realidad no quiero ser así con ella, pero es mi secuestrada.
Entre y la vi tirada en el suelo durmiendo, no podía dejar de mirar la cara que tenía esta incluso más guapa. Me fije en sus muñecas, dios estaban destrozadas por las cuerdas, debía de haberla puesto las esposas.

Me acerque cogí una navaja que llevaba siempre y la quite las cuerdas, cogí su cabeza y la apoye en mis piernas. Se movió y pensaba que se despertaría pero sólo se acomodo. Me la quede mirando, era preciosa en serio si fuera por mi me la follaría ahora mismo. Sin darme cuenta me fije que su pantalón era demasiado corto.
Debo irme de aquí antes de que pase algo malo.

- ¿Ru.. Rubén?
- Que quieres - dije seco
- Me podrías dar unas vendas para mis muñecas.

Salí de la habitación y fui a por un boutiquin que tenía guardado y volví a esta.

- Ven, siéntate aquí - se sentó junto a mi- dame las muñecas
- Pero...
- Calla, yo te las curo
- Gracias

Soltaba algún que otro quejido y yo me reía, creó que se daba cuenta pero me da un poco igual. Cuando ya estaba mejor, la puse una venda y pensé en curarselas todos los días.

- Gracias Rubén
- Mañana te las volveré a ver
- Vale - en su mirada vi pena, no podía hacer esto.
- Si te digo una cosa me prometes que no vas a intentar hacer nada raro.
- Te lo prometo

Me levantó y me dirigo a la puerta y la abro

- Te puedes mover por la casa.
- Gracias - dijo con una gran sonrisa

Me siguió hasta su futura habitación, abrí la puerta y me gire para ver su reacción. Estaba sorprendida. En si, la habitación tenía las paredes turquesas, una cama normal, un tocador y un armario con cajones; luego había otra puerta que, de momento, estaba cerrada.

- Es preciosa, me encanta

- Me alegro que te guste. Ven, te enseño el baño y así te duchas, si quieres.

- Gracias.

- Deja de decir gracias o volverás al otro cuarto.

No dijo nada. La acompañe y la deje sola. al volver a su habitación, tendrá una sorpresa.


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Ey que pasa Pandicornios. Nuevo capítulo, esperó que os este gustando. Estrellita ⭐



El Secuestro Perfecto || ElrubiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora