'Capítulo 27'

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Maratón 3/3

Raquel. 

Que podía hacer en este momento. No podía pensar en nada, solo en lo que acababa de pasar con Rubén. Su abrazo y sus palabras me han hecho reaccionar y dejar de hundirme. Estar tirada en la cama no hace que mis nervios se calmen, por lo tanto, me levanté y empecé a caminar por toda la habitación. 

¿Qué va a pasar después de todo esto? Samuel y yo seguro que estaremos distanciados y no hablaremos. Esto se va a convertir en un verdadero secuestro. No me gusta nada que las cosas se hayan torcido, nunca debí haber aceptado salir con Samuel. Y mucho menos haber ido a la oficina de mi padre. No estaría pasando esto y seguiría con mi vida normal. 

El ruido de pasos acercarse a mi cuarto hizo que volviera al mundo. Gire mi cuerpo rápidamente cuando escuché que la puerta se abrió bruscamente y pude ver a Rubén respirando rápidamente y mirándome fijamente. Distinguí una pequeña sonrisa en su rostro y no pude descubrir porque estaba feliz. Pensé que sería Samuel quien subiese, pero me alegro de que sea Rubén. Quería estar a solas con él y hablar tranquilamente. 

- Te quiero, Raquel. - Fue lo primero que me dijo al entrar y cerrar la puerta tras de sí. Me quede, aún más, en shock y sin saber qué decir, otra vez. Había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que me dijo eso, y mi corazón lo supo perfectamente cuando noté que se me aceleró y sentí como la manada de lobos que tenía en el estomago empezó a la carga. - No sabes las veces que he querido decirte esto y de todas las maneras que podría suceder. Tenía miedo de que saliese mal o que ya no quisieras saber nada de mi, que lo entiendo, pero había una pequeña esperanza que me decía que esperase al momento concreto y así, todo saldría bien. Mira tú por dónde que ese momento parece que es hoy, justo cuando me he enterado de todo tu pasado. Y porque no, ¿empezar a contar el mío? 

"Mi padre era un empresario bastante poderoso, pero hubo un tiempo que las cosas no iban bien en su trabajo, lo que sucedió que se arruinara. Comenzó a encerrase en la bebida y, por lo que notaba yo, en las drogas. Todas las noches mis padres peleaban y yo me escondía en mi habitación con las orejas tapadas imaginándome que todo era como antes. Un día para otro nos abandonó din dejarnos una nota explicando algo o porque nos hizo eso. 

Pasaron varios años y mi madre conoció a mi actual padrastro, o como le llamo yo, El Padrino. Comenzaron a verse varios días y yo me hice a la idea de que podía hacerla feliz como no lo hizo mi padre. Yo empecé en el instituto y me convertí en alguien popular. Lo gracioso de todo era que allí conocí a todos estos: Fran, Alex, Willy y Mangel. Mangel se convirtió en mi mejor amigo desde el primer momento que nos conocimos, somos tal para cual. 

Al volver de casa encontré a personas que no conocía de nada en mi casa, hablando con El Padrino. Me escondí y escuche que estuvieron hablando sobre dinero y algo de drogas. Pensé que él también era como mi padre y solo actuaba delante de nosotros. Cuando se fueron la gente me enfrenté a él y le pedí una explicación. No pudo mentirme, soy bueno sabiendo quién me miente y quien no. Me contó que estaba metido en algo grave y que necesitaba a personas que hicieran el "trabajo sucio" no pensé en las consecuencias y le dije que le ayudaría. Al principio no quiso que me metiera en esto, pero con el paso del tiempo se dio cuenta de que podría ser muy bueno. 

Pidio que encontrara a gente que hagan lo mismo por dinero. No dude en decírselo a mis amigos y ellos aceptaron sin dudarlo. Nunca llegamos a pensar que esto sería nuestro trabajo para siempre. Se los lleve ante el padrino y les dio el visto bueno. Gracias a esto nos unimos mucho más y somos como hermanos. Mi madre se quedó embaraza y ella sabía todo esto desde un principio, me extrañó que supiese de esto, pero no hacía nada. Se encontraba al margen. 

El Secuestro Perfecto || ElrubiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora