El Secuestro Perfecto || Elrubius

'Capítulo 26'

Maratón 2/3.

Rubén. 

No sabía qué hacer o decir. La historia que nos ha contado Raquel me ha conmovido bastante, nunca podría haber llegado a pensar que Samuel y ella se conocían de antes. Los recuerdos comenzaron a venir a mi cabeza: la primera vez que la vio y como se comportó al verla; el día que estuvieron cocinando; cuando dijo de hacer surf y él quiso ir detrás de ella; y sobre todo, el día en el que todo se fue a la mierda. Ahora tenía sentido las acciones de él y su acercamiento tan repentino. 

Cogí el sobre que había traído y le abrí. Contenía cartas y fotos de ellos dos juntos. Una de ellas trataba sobre que Raquel se fue de viaje durante un tiempo al Caribe y le contaba todo lo que estaban haciendo. Imagine que ojalá esa carta hubiera ido para mí, incluso haberla conocido antes y tener una historia como la suya. Comencé a ver las fotos y estaban felices, riendo y dándose besos en casi todas. Note domos los celos comenzaron a apoderarse en mi cuerpo pero intente no sacarlos debido a que no era el momento correcto. 

Pero joder, quería ser yo quien fuera al que le daba esos besos y abrazos que mostraban las fotos. Seguí mirando cada recuerdo que tuvieron juntos. Se les veía felices, mucho. Sentí felicidad al ver que Samuel la hizo feliz algún día, mucho más que yo. Levante mi mirada y los mire extrañados. Antes de que yo interviniera en la conversación escuche que lo habían dejado porque Raquel seguía sintiendo cosas por mi. 

¿Raquel seguía queriéndome aún después de haberla hecho daño? 

No sabía que sentir, si felicidad o miedo. Sentía felicidad porque la esperanza que tenía durante todo este tiempo era real. Pero miedo de cagarla otra vez y acabar solo, como siempre. Quería tirar todos los papeles y lanzarme hacia ella y plantarla un beso que tanto anhelaba. No lo hice, mis músculos no querían moverse y mi mente estaba en blanco, seguía son saber qué hacer o decir. No soy muy bueno en estas cosas. 

- No quería que os enteraseis así. - logró vocalizar al final.

- Tienes todo el permiso de esconderlo, - contestó Willy. Como siempre, con voz tranquila. - es tu vida personal. 

- No podía estar escondiendo esto, también es parte de vosotros. 

Tenía la voz entrecortada, quería llorar pero su orgullo se lo impedía. Sabía perfectamente que nunca dejaría ver su faceta triste, y, seguramente, Samuel y Max serían los únicos que si saben cómo es. La muerte de su abuela y el abandono de Samuel le ha marcado lo suficiente para que ella misma cree una coraza de hierro. Aunque no lo creyese, éramos los dos iguales. Protegiéndonos de cualquier sentimiento que haga que nuestra coraza se destruya. Así éramos y así seremos siempre. 

- ¿Porqué volviste con él? - pronuncie por primera vez después de que contará su historia. 

- Rubén - me pidió Mangel. - No creo... 

- Tranquilo. - le interrumpió -Puedo soportar esto. - exhaló - Pensé que las cosas podrían volver a ser como antes y, sinceramente, extrañe a Samuel. Igual me hice una pequeña promesa de olvidarme completamente de Rubén y no pensar en lo que me hizo. Pero ya veis, aquí estoy, intentando no derrumbarme delante vuestra. 

- No te pienso reprochar nada, - conteste - no somos nada, aunque sea lo que más quiero. Estabas en todo tu derecho a intentar olvidarme después de lo capullo que fui. Supuse que lo harías pero no llegue a pensar que lo harías saliendo con Samuel, y, ni mucho menos, pensar que ya le conocías de antes. 

- Espera - comentó Alex. - ¿Porqué está Max aquí, justamente? 

- La había prometido que volvería a venir para verla y pasar un tiempo juntos. - explicó Samuel - Se echaban de menos y la última vez que se vieron, Raquel, no pudo reconocerlo. Era una pequeña sorpresa.