'Capítulo 4'

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Narra Rubén

Decidimos jugar al Mario Kart. Ella se eligió a Daisy y yo a Luigi obviamente. Iba primero y Raquel tercera, me gire un momento a mirarla. Tenía una cara de concentración máxima y graciosa a la vez ya que tenía como la lengua sacada.

- Oh si he ganado - dijo ella saltando y haciendo un baile raro.

¿Como que ha ganado? Gire hacia la pantalla, y, efectivamente, había ganado. Yo quedé quinto. Seguro que si no la hubiera mirado habría ganado, pero era imposible no mirarla.

- Bueno, como has ganado, tengo que hacer todo lo que quieras. 
- Ya te dije que siempre gano. 
- La próxima vez te voy a ganar. Me he distraído un momento, y claro, no estaba atento. 
- No mientas y admite de una vez que eres pésimo. No me voy a reír de ti, te lo prometo.
- No miento. - sonreí - que quieres hacer.
- Pues, no se. Me gustaría salir de compras - dijo con una sonrisa de oreja a oreja
- Raquel - la cogí de la mano - recuerda que estas secuestrada y te están buscando - dije en susurro
- Es verdad - le cambio la cara - Mierda - susurro y se quito de mi agarre.

No dijo nada más y se fue a su cuarto corriendo. Cuando llego oí que cerro la puerta de un portazo. Fui hacia la puerta pero decidí no entrar porque se oían sollozos. Sería mejor dejarla sola. 

Narra Raquel

Después de lo que dijo Rubén, salí corriendo a mi cuarto y cerré de un portazo. No quería que me escuchara llorar. 

Esto era una mierda, si no estuviese secuestrada todo sería diferente; podría ir a pasear y a comprar con él tranquilamente, pero no, estoy secuestrada. 

Cogí mi querido iPod y vi que casi toda la música era electrónica, hardstyle y un poco de reggaeton. Me tumbe en la cama, cerré los ojos para concentrarme mejor en la música, y al final me quedé dormida en los brazos de Morfeo.

*2 horas después*

Me levante de una buena siesta y mire por la ventana, había un precioso amanecer. Decidí salir e ir con Rubén. Fui al salón y no estaba, supuse que estaría en su cuarto, pero, primero, fuí al baño. Justamente, esta Rubén, desnudo. 

- Mierda, no sabía que estaba aquí, lo siento Rubén - dije cerrando la puerta

No oi nada hasta que la puerta se abrió y salió con una toalla enrollada por la cintura junto con una sonrisa pícara en su cara.

- No te disculpes nena -me besó en la frente - no me importa
- ¿Cómo que no pasa nada? - pregunté - te acabo de interrumpir. 
- Olvídalo - cerró la puerta - ¿qué quieres hacer? 
- Estar contigo y hablar. 

Mi mirada se junto con la suya, tenía un pequeño brillo en los ojos y su sonrisa creció aún más cuando le dije que quería estar con él. Me gustaba estar con él, me sentía muy agusto. Quería conocerle. 

- Me parece que es de las mejores ideas que has tenido - me sonrió - venga vamos - dijo cogiendome de la mano. 
- Espera - me paré en seco y quitándome de su agarre - ¿no vamos al salón? 
- ¿Para que querer ir al salón si en mi cuarto hay una cama que es más cómoda que un sofá?
- Esta bien, tienes razón. - y volvió a cogerme de la mano. 

Al entrar, me sorprendí de que su cuarto fuese más pequeño que el mío, sólo tenía una cama, un pequeño armario y un ordenador en una mesa. 

- ¿Porque tu habitación es más pequeña que la mía? - pregunte, todavía observando todo
- Con esto me sirve, no necesito más. 

Al girarme, me encontré que solo llevaba puesto unos bóxers. Le observó un momento y me di cuenta de que se veía bastante bien así junto con su abdomen, estaba algo marcado. Se dio cuenta que le miraba así que el también lo hizo, pero con una sonrisa de oreja a oreja. 

El Secuestro Perfecto || ElrubiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora