Juntos.

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Sanzu pov.

Esto es una mierda, Mikey nos ordenó de volver a casa juntos para aclarar las cosas.

¿Cómo se empieza una conversación con mi ex novia, una mujer letal y que puede matarme en cualquier momento?

Mujeres…no las entiendo, ella tampoco me mira, su vista está dirigida hacia el cielo iluminado por estrellas y faros de luz entonces se me escapan unas palabras…

—¿Por qué no me miras a mí en vez del cielo? ¿Es que el cielo es más hermoso que yo?— pregunté con curiosidad y algo de atrevimiento, sin embargo me arrepentí trás escuchar su respuesta.

—Por ti me hago lesbiana con solo mirarte.— dijo Aiko con seriedad, no entendí al inicio pero luego fruncí el ceño por confusión e intentando entender si lo que había dicho ella era un insulto o halago; un par de minutos después entendí y no pude evitar ofenderme.

—¡Oye!— exclamé para manifestar la ofensa que había recibido por parte de ella pero ella no respondió y entonces mi mirada se deslizó hacia la pierna que había recibido la bala.

El silencio volvió a caer en el ambiente aunque esta vez es incómodo.

—Por cierto…me dijeron que tienes un segundo trabajo, ¿cual es?— vuelvo a preguntar algo sobre ella, internamente me siento avergonzado por estas preguntas debido a que ya pasaron 2 años desde que ella se unió a Bonten.

—Secretaria del ayuntamiento.— respondió ella con sencillez y frialdad mientras seguía caminando a mi lado.

No seguimos hablando, no sé sacar un tema de conversación con ella, es fría y seria pero algo en ella me atrae de una forma extraña.

La miro atentamente para averiguar lo que podría ser.

Sus labios rosados y carnosos, sus cabellos color negro, lisos y parecen suaves al tacto pero no lo sé, sus pestañas largas naturales y sensuales de cierta manera, sus ojos rojos como el líquido rojo que vemos diariamente en nuestro trabajo, sus dedos finos que llevan a cabo misiones peligrosas, acaban con vidas humanas sin vacilar pero eso no impide que la quiera agarrar.

Una extraña sensación se hace presente en mi estómago, ¿Que será? No puedo responder a esa pregunta que repentinamente ella se detiene y yo como un idiota choco contra su espalda.

Joder…

Es dura aunque no lo parezca.

Me sobo un poco el hombro que chocó con la parte trasera de su cabeza, la miro de manera confundida hasta que ella se dá cuenta y dice:

—Esta es mi casa, puedes irte.—

Algo en mí quiere preguntar si puedo pasar pero no puedo. No tengo el derecho.

Asiento con la cabeza en señal de comprensión y miro como ella se aleja para entrar en el edificio. Su figura se mueve con delicadeza y elegancia hasta desaparecer.

Hoy no tengo ganas de ir a ningún burdel así que empiezo a caminar hacia mi casa.

Aiko Pov.

—Necesito agua.— digo en voz baja, no vivo con nadie y nadie quisiera vivir conmigo pero no me importa, estoy acostumbrada a la soledad pero…

Es cierto que mi apartamento se siente frío, oscuro y solo cuando regreso del trabajo, los únicos sonidos que se escuchan es mi voz pero nunca hablo demasiado o no más de lo necesario.

No me considero un ejemplo a seguir, todo lo contrario, les deseo a todos no llegar a ser como yo.

Soy la peor mujer humana en este mundo, quizás me duele admitirlo pero es la verdad.

Es todo mi culpa. Golden Academy está amenazando a Bonten por mi culpa. Soy la responsable de todo esto.

Pienso una y otra vez pero no sale ninguna lágrima, supongo que soy insensible tal como todos dicen, solo les sirvo como un arma.

“Solo un arma.”

Pienso y finalmente cierro los ojos, el cansancio se apodera de todo mi ser, por fin podré relajarme un poco…

Pero no.

Mi sueño es oscuro, sin una pizca de luz, siento unas manos que tocan todas las partes desde las más “normales” hasta las más reservadas pero no hago nada, no porque me guste sino porque frente mía se está desarrollando una escena que nunca quisiera volver a ver.

Pero por desgracia está justo frente mía, mi cuerpo recuerda las sensaciones, los toques, las palabras, los golpes y las manos frías tocando de varias formas mi piel joven de 14 años.

Me siento mientras sigo mirando, varias veces me han tocado sueños similares pero algo me dice que no debo intervenir porque lo hecho ya está hecho, no podemos hacer nada.

Solo espero a que el sueño termine y vuelva a revivir mis peores pesadillas pero sé que externamente del sueño me estoy moviendo en la cama y bajo las satanás, siento el sudor frío recorriendo mis mejillas y frente, mis labios fruncidos en una mueca de inquietud.

Patético, no? Debería ser fuerte y estoy acá sufriendo por un par de golpes y toques demás.

Pero a nadie le gustan las mujeres débiles.

Debo ser más fuerte.

En ese momento escucho una llamada entrante de mi teléfono y despierto.

Only YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora