¿Historia de amor o acción? 🚨Esta es una historia poco común🚨 entre la asesina numero uno de Japón y el segundo al mando de Bonten. Se volvieron a encontrar trás pasar 12 años separados, ¿Se volverán a amar o apretaran el gatillo de la pistola par...
Ambos ejecutivos lograron desactivar las bombas trás haber dejado a sus espaldas un verdadero baño de sangre que no fué descubierto hasta que el crucero se detuvo en el muelle; ambos agarraron sus cosas y bajaron para ir directamente hacia el edificio de Bonten y apenas entraron se encontraron con los dos hermanos quienes ni Aiko ni Sanzu soportaban.
—¿Pasaron unas buenas vacaciones?— empezó a preguntar el mayor Haitani mientras le daba algunos leves codazos a Sanzu para molestarlo.
—¿Que carajos te importa?— respondió Sanzu con molestia y el ceño fruncido, los hermanos Haitani sabían cómo ponerlo de mal humor con solo dirigirle unas pocas palabras.
—Nos importa mucho, por cierto Aiko. Te ves fabulosa hoy.— dijo Rindou en un tono coqueto mirando hacia la hermosa y letal pelinegra era claro que no le temía, pues nunca había sido testigo de su poderosa fuerza.
—Gracias por decirme que los otros días me veía horrible.— respondió la mujer con un tono tajante y frío mientras caminaba más rápido para llegar a la oficina de su jefe, Mikey, para informarle lo sucedido.
—Oye..¿Que? Espera…— el hermano menor de los Haitani intentó ir trás ella pero debía admitir que caminaba demasiado rápido con esas piernas y sus pasos parecían palabras, amenazas frías que carecían de piedad.
—Es obvio que no sabes como tratar a una dama.— le informó el Haitani mayor rodeando el cuello de la dama con su brazo y acercándose más a ella mientras disfrutaba de las expresiones que estaba haciendo Sanzu. —A las damas les gusta el contacto.—
—Pues a mi no, y si no quitas ese mugroso brazo de mi cuello, te lo cortaré.— amenazó ella con ira y frialdad haciendo que Ran quitara su brazo de su cuello y caminara detrás suya junto a Sanzu y Rindou.
Finalmente las dos parejas de ejecutivos llegaron a la oficina de su jefe, Mikey, quien estaba sentado en su escritorio con su usual expresión seria, fría y de no haber dormido nada. Aunque si su estatura lo hace quedar como un enano al lado de los demás ejecutivos, su aura emana amenaza y letalidad pero sus ojos son tranquilos y pensativos como si ya estuviera esperando el regreso de Aiko y Sanzu, sus ejecutivos de confianza.
—Veo que regresaron.— empezó a hablar Mikey con seriedad, mirando de reojo como Sanzu iba a decirle algo pero levantó un dedo para silenciarlo y seguir hablando.
—Necesitamos hablar.— dijo él queriendo empezar a hablar aunque fue cortado por la entrada repentina de Kokonoi con el portátil entre los brazos y una expresión preocupada aunque nadie se preocupó por ello. Era común que el peliblanco entrara sin avisar y crear un escándalo por nada pues era un súper exagerado al igual que chismoso.
—Jefe, acabo de recolectar información sobre nuestros rivales.— declaró él con prisa y nerviosismo, sus palabras congelaron el ambiente sereno y profesional que había antes de su llegada.
—Bien hecho. A la sala de reuniones.— ordenó Mikey con firmeza, dirigiéndose hacia la sala de reuniones junto a los demás ejecutivos.
Todos se sentaron a los costados de una gran mesa, posicionada al centro de la habitación, mientras que Mikey se sentó a la cabecera de la mesa.
—La reunión empieza.— anunció Mikey dando permiso a Kokonoi de hablar.
—Estaba buscando información en internet sobre los nuevos rivales de Bonten para saber si son una amenaza o menos y lo que descubrí fué poco pero preocupante…— dijo Kokonoi haciendo una pequeña introducción y tomando aire para revelar lo que había descubierto que solo aumentó la curiosidad y el estado de inquietud en el que se encontraban los ejecutivos presentes.
—Golden Academy, una academia de asesinos.— habló Kokonoi creando un desconcierto común a todos…menos a la única mujer a quien Mikey miró de reojo.
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Mikey pov.
Aiko está rara, no se ve a primer impacto pero lo oculta muy bien. Aparenta estar bien pero hay algo que no sé de ella.
No.
Hay muchas cosas que ella mantiene ocultas y que se perdieron con el tiempo, su información personal son apenas dos hojas que ni siquiera están 100% completas, tampoco sé porque reacciona así a un nombre que jamás yo había oído en mi vida.
Tal vez sepa algo, lo mejor es preguntarle. No. Va a tener que hablar.
—Aiko, parece que sabes algo al respecto. ¿Podrías compartir tu pensamiento con nosotros?— pregunté con simpleza aunque sonó más como una orden, soy consciente de ello. No puedo permitirme otra mal jugada. Estos enemigos podrían señalar el final de Bonten si no actuamos con cuidado.
Miré a la mujer con atención y los oídos bien abiertos por si soltaba algo de útil.
—Sí, sé algo. Golden Academy es una academia que recluta adolescentes y niños para convertirlos en máquinas para matar osea asesinos que matan a los que se oponen a ellos y sus principios.— confesó ella, levanté la mirada para mirar sus ojos rojos fríos que escondían una ira y sed de venganza infinitas. Eso solo me hace cuestionar como sabe todo eso y donde estuvo por 12 años.
Pero en mi interior sé que no puedo preguntarle algo así, no tengo el derecho y nada me hace dudar de su lealtad hacia mi. No le gusta hablar del tema que llevamos a la discusión de ahora, eso puedo entenderlo por cómo me pregunta si se puede ir y yo asiento.
Por el rabillo del ojo miro como ella sale de la sala de reuniones y Sanzu va trás ella unos segundos después, desconozco el motivo pero definitivamente…