Capítulo 14: Dulce Nochevieja

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El nuevo año trae consigo una calma peculiar a la clínica, y me encuentro deslizando perfiles en Tinder para pasar el tiempo mientras espero. De repente, mi desinterés se ve interrumpido por una imagen inesperadamente familiar: es Eric, pero no el Eric que conozco en el entorno profesional. Es una foto de él en bóxer, cada músculo marcado y definido, una versión de él que nunca he visto y que dispara mi imaginación.

 Es una foto de él en bóxer, cada músculo marcado y definido, una versión de él que nunca he visto y que dispara mi imaginación

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Me quedo mirando la foto, sintiendo cómo mi cuerpo reacciona al estímulo visual. La forma en que los bóxer delinean sus atributos me lleva a preguntarme qué más se esconde debajo, y mi mente se llena de escenarios tentadores. Imagino lo que podría hacer con esos bóxer, las maneras en que podríamos explorar no solo una conversación, sino algo mucho más físico y directo.

Todavía con esa imagen grabada en mi mente, me levanto cuando me llaman, y al entrar en la oficina de Eric, el impacto de verlo en persona es casi abrumador. Viste un traje que parece esculpido a su cuerpo, destacando un bulto prominente que atrae mi mirada como un imán.

Saludo con un calor que espero oculte mi ganas de ponerme de rodillas.

-Feliz año nuevo, Eric -digo, y mi voz sale más ronca de lo previsto.

-Feliz año nuevo, Dominik, -responde con una sonrisa.

No tiene idea de que he visto una faceta totalmente distinta de él hace apenas unos minutos.

-Espero que las vacaciones te hayan tratado bien, -añade, y algo en su tono me da la valentía para ser más audaz.

-Sin duda, fueron... reveladoras, -comento, permitiéndome otra mirada rápida a su paquete, claramente delineado bajo el tejido fino de su pantalón. -De hecho, tuve uno de los momentos más emocionantes justo en la medianoche, en plena plaza.

La curiosidad se enciende en sus ojos, y aprovecho para inclinarme hacia delante, reduciendo la distancia entre nosotros.

-Viendo las campanadas y... bueno, digamos que la celebración fue bastante explosiva, -dejo caer, y la tensión sexual palpable entre nosotros parece elevar la temperatura de la habitación.

Eric se ajusta ligeramente en su silla, su interés ahora claramente picado.

-Suena como una historia que vale la pena explorar, -dice, su tono profesional teñido con una nota de expectación personal.

-Te mostraré una foto que tomé esa noche, -sugiero, sacando mi teléfono.

Deslizo hasta encontrar una imagen de Eric en Tinder que había guardado. La foto de él en bóxer, luciendo un cuerpo de gimnasio perfectamente esculpido, aparece en la pantalla.

-Creo que esta imagen resume bastante bien la... intensidad de la noche.

Eric, sorprendido pero intrigado, asiente, indicando que estoy en un terreno seguro para continuar. Con la imagen de él en pantalla y el recuerdo de mi aventura nocturna en mente, comienzo a narrar el relato, cada palabra un puente entre mi deseo palpable y nuestra conexión profesional cada vez más borrosa.

Cayendo En La TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora