-¿Summer? -Dejé de pellizcar el sándwich de queso para prestarle atención a mi padre.
-¿Eh?
-¿Cómo van los estudios? -Enarcó las cejas, con expectación.
Mi familia y yo estábamos sentados en la cocina, teniendo nuestras "cenas" de todos los miércoles. Según mi madre, sirven para que nos podamos comunicar y unirnos más como familia.
«Ja, comunicar. Sí, claro.»
-Genial -mentí. Los estudios y yo nunca seremos grandes amigos.
-Bien -suspiró, como si se hubiera quitado un peso de encima, lo que me hizo sentir peor-. ¿Y tú, Dan? -preguntó, mirando a mi hermano, que comía como si hubiera vuelto de los juegos del hambre.
-Excelente -respondió con la boca llena, ganándose una mirada reprobatoria de mi madre.
-Traga antes de hablar, Dan -lo regañó.
-Lo siento, mamá -dijo, rodando sus ojos. Me quedé mirando a mi familia desde mi asiento.
Mi papá tiene el pelo de color negro, igual que Dan y yo, pero sus ojos son marrones, mientras que los de mi hermano son celestes, como los mamá. Y ella... parece una modelo con su cabello rubio y sus ojos impactantes. Y yo... parezco... ya no sé ni a qué o quién me parezco...
Solté un suspiro largo que llamó la atención de todos en la mesa.
-¿Ocurre algo, hija? -preguntó mamá-. ¿Es por tu cabello?
-Eh, no, no es eso. -Fruncí el ceño al recordar mi mechón mal cortado. Necesito ir a la peluquería.
-¿Entonces, qué? Sabes que puedes contárnoslo, ¿no es cierto, John? -Miró a mi padre en busca de apoyo; él asintió, sin prestarle demasiada atención a mamá.
-No es nada, sólo estoy exhausta. -Sonreí falsamente, y me metí un poco de ensalada en la boca para no hablar. Por suerte, mi madre no es de las que te presionan mucho, así que lo dejó estar y se metió en la conversación sobre deportes que tenían mi hermano y mi papá. Luego de unos minutos, aparté mi plato y me levanté.
-Me voy a acostar, estoy cansada-me excusé cuando todos me miraron otra vez.
-¿Cansada de qué? Nunca haces nada-rió Dan.
-Dan-dijo mi padre, lanzándole una mirada de advertencia. Sonreí forzosamente.
-¿Alguna vez te dijeron que eres un grano en el trasero, Dan?
-¡Summer! -exclamó mi madre.
-¿Alguna vez te dijeron que eres fea? -contraatacó mi hermano. Mis ojos picaron, pero no largué ni una lágrima: no le iba a dar la satisfacción de verme llorar.
-¡Dan, basta! -siseó mi padre.
-¡Cierra la boca, bastardo! -Le grité a Dan.
-¡Summer, no le grites a tu hermano! -Me regañó mi madre. Resoplé y me fui hacia mi habitación, ignorando las órdenes de mis padres. Me saqué a patadas las zapatillas y me puse mi pijama. Me lancé a mi cama y me tapé con la sábana hasta la barbilla. Cerré mis ojos, y pensé en un mundo donde los hermanos menores no son molestos y donde la fealdad no existe. Pero terminé quedándome dormida con las palabras de Drew en mi mente.
***
A la mañana siguiente, a la hora del almuerzo, me senté al lado de Hilary con un suspiro.
-Hola chicas -saludé, con una sonrisa. Las tres me miraron raro.
-Eh, Summer, cariño ¿estás bien? -preguntó Hilary.
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First kiss (FK #1)
Teen FictionTodos tenemos nuestro primer beso. Ya saben, ese momento que compartes con la persona que te gusta... o no. Claro, hay algunos que no lo dieron. Pero ellos no están tan desesperados como Summer Hamilton, una chica de 16 años que, ¡ja!, adivinaron, a...