Extra: "Cuando te vi".

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Sky:

"Tenemos que volver juntos, cariño, admite que no puedes vivir sin mi".

Resoplé fastidiado y arrugué la nota color rosa en mi mano.

- ¿Quién te envió eso? -preguntó Derek a mi lado.

Con un movimiento de cabeza señalé a Adriana que me observaba como un halcón. Derek rió.

-Esa chica sí que es confiada -dijo con un deje de admiración.

Asentí en acuerdo con él, sin muchos ánimos de aportar algo a la conversación.

Adriana no solo era confiada, también egocéntrica. Y esa era la razón por la que terminé con ella; se creía muy superior a las demás chicas. El egocentrismo no es lo mío y tampoco me atrae.

-Deberías hablar con ella en persona -comentó mi amigo recostándose en su asiento y observando al profesor que dormía pacíficamente en su escritorio-. Tal vez hagan las paces y, ya sabes, sean amigos y toda esa mierda.

Bufé contrariado.

-Hablar con Adriana es peligroso, lo malinterpretará y no escuchará la parte de los "amigos".

-... O tal vez te sugiera ser su amigo con derecho -bromeó soltando una carcajada.

-Tal vez -murmuré pensando en esa posibilidad.

La chica era capaz de todo, debía admitirlo.

-Vamos, Sky -Derek me propinó un golpe en el brazo-, admite que aceptarías a una amiga con beneficios.

-No -Negué sin necesidad de considerarlo.

Jamás aceptaría usar a una chica para mi placer sin sentimientos de por medio. Mi madre me mataría si se enterara.

-Vamos, admítelo -Insistió dándome más golpes en el brazo.

-No -repetí otra vez sin dudarlo.

-Vamos -Presionó

Rodé los ojos y volví a negar.

Derek Finlay era la clase de amigo que te arrastraba a fiestas con alcohol y a aceptar propuestas estúpidas. Lo conozco desde que tengo memoria ya que somos vecinos y es mi mejor amigo, pero hay veces que resulta ser un idiota. Ahora, por ejemplo.

-Eres un mojigato -resopló dándose por vencido-. ¿Porque siempre tienes que andar de educado con las chicas? Pareces salido de un culebrón mexicano -Sonrió obviamente creyendo que eso me ofendería.

Al contrario, me halaga saber que no soy igual a él.

-No a todos nos gusta jugar con los sentimientos de otras personas -reiteré lanzándole una mirada rápida a Adriana que ya estaba empezando a asustarme por mantener fija la mirada por tanto tiempo.

Derek rodó los ojos con fastidio.

-Lo que tú digas, cielito.

Sonreí divertido por su tono de resignación e ignorando el apodo.

-Señor Henderson.

Me voltee y tragué ruidosamente al ver que el profesor estaba consciente mirándome desde su escritorio.

- ¿Qué le resulta tan divertido? -cuestionó enarcando sus cejas grises.

Agaché la cabeza, incómodo por la situación y la atención de mis compañeros en mí.

-Nada, profesor -murmuré.

- ¿Sabe que sería divertido? Un castigo por gracioso -Arrancó una hoja de su cuaderno de sanciones y la tendió en mi dirección. Maldije a lo bajo pero al parecer no tanto ya que me miró con enfado-. ¿Quiere otro por lenguaje inapropiado hacía un docente?

-Y-yo no...-Balbuceé aún incredúlo.

¿Qué clase de profesor te da un castigo siendo que él dormía en horas de clase?

-Sin excusas, señor Henderson. Y largo de mi clase.

Me paré, golpeando la nuca de Derek para que dejara de reírse y tomé el papel saliendo de allí. Tampoco era la primera vez que me castigaban, creo que ya va la tercera en este año de igual forma, esto era injusto.

Caminé por los pasillos en dirección a la oficina del director con mis manos metidas en los bolsillos de mis vaqueros y la mirada en el suelo pensando en una excusa que dar en casa.

Un llanto muy ruidoso me hizo parar en seco, miré hacia todos lados buscando el origen cuando la vi.

Una chica. Llorando. En medio del pasillo. ¿Acaso estaba maldiciendo?

First kiss (FK #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora