First kiss (FK #1)

Capítulo 12

    Hoy fue un día de locos.

    Bueno, en mi vida todos los días son de locos. Pero este fue especialmente extraño. Todo comenzó cuando Val y yo estábamos sentadas en la cafetería, solas, ya que Hil y Abby fueron castigadas. ¿Por qué? No lo sé. Estaba comiendo mi delicioso sándwich de pavo cuando Val empezó a toser, y por poco convulsiona.

    —¿Qué te ocurre? —pregunté, dándole palmaditas en la espalda.

    —Iu iene ia otas —balbuceó, con la boca llena de pan.

    —¿Eh?

    —Iu iene ia otas —repitió.

    —¿Puedes tragar, mujer? —exclamé, cansada de su lenguaje raro. Cuando me hizo caso, la miré con interés—. Ahora sí, habla.

    —Dre...

    —Summer.

    Val abrió unos ojos como platos al mirar por encima de mi hombro.

    Le lancé una mirada interrogativa antes de voltearme para ver qué estaba observando.

    «Oh, joder».

    «No te ibas a deshacer tan fácil de él ¿o sí?», se burló mi estúpido y sarcástico subconsciente.

    —Ah, eres tú —titubeé, insegura.

    Él hizo una mueca.

    —¿Tienes un minuto?

    Miré a nuestro alrededor, y me di cuenta que todos en la cafetería nos miraban.

    —No creo que sea buena idea...

    —Sum —dijo suavemente. Agh. Odio que desconocidos me llamen por diminutivos—. Solo es un minuto, lo prometo.

    —Ve—me animó Val—, yo cuido tu sándwich —agregó, mirando mi comida con deseo.

    Puse los ojos en blanco, y le hice una seña a Drew para que me siguiera. Crucé la puerta de la cafetería, bajo las atentas miradas de los demás, y pasé por el pasillo de los casilleros hasta una esquina lejos de los ojos curiosos. Si quería volver a insultarme, prefería que lo hiciera sin público.

    —Está bien, habla, que tengo hambre, y mi estómago no es el mejor a estas horas del día —dije, con extrema sinceridad.

    Carraspeó y, mirando al piso, dijo:

    —Quería pedirte disculpas.

    Casi me atraganté con mi propia saliva.

    —¿Es una broma, no? —Miré detrás de él, buscando alguna cámara o chicos riéndose de mí—. Ya basta Drew, ve a molestar a alguien más —gruñí—. Oh, y por cierto, a Val no le gustan los idiotas.

    Pasé por su lado para volver al comedor, donde un sándwich me esperaba, pero su mano me retuvo cogiéndome del codo.

    —No es una broma, estoy siendo sincero —suspiró—. Lo siento por insinuar que no eres linda, cuando en realidad sí lo eres.

    Me contuve de poner los ojos en blanco.

    —Lo que tú digas...

    —Maldición, Summer, hablo en serio, eres... linda, tienes una personalidad simpática y... —se calló cuando levanté mi mano.

    —Si estás haciendo esto porque quieres llegar a Valerie..., estás perdiendo una parte de mi tiempo y del tuyo. Ahora, si me disculpas, el sándwich de pavo no se comerá solo —Volví a pasar por su lado, pero volvió a retenerme.