De mis ojos no dejaban de salir gotas de agua saladas, llamadas lágrimas. Sollocé sin parar y me reprendí, una y otra vez, por ser tan ilusa. Porque eso era: una idiota e ilusa adolescente de 16 años que cree vivir en una fantasía. Me sorbí la nariz, en un acto asqueroso e indigno de una “dama”, y me miré las rodillas mojadas, recordando lo que sucedió con Cash.
«—Me gustas —repetí, luego de un silencio incómodo entre nosotros.
El rubio suspiró, y me observó con su semblante serio.
—Summer —Resopló, y maldijo a lo bajo—. No sé qué decirte.
Me quedé callada, pensando que esa no era la reacción que esperaba.
—Lo siento —dijo, sin cambiar su expresión—, pero no me gustas. Al menos, no como esperas.
Mi autoestima cayó en picado, junto a mi ya de por sí lastimado ego. Parpadeé, desconcertada, y boqueé como un pez fuera del agua.
—¿No? —mascullé, con un hilo de voz.
Negó con su cabeza.
—No.
— ¿Ni un poquito? —cuestioné, insegura.
Volvió a negar. De repente, vino la ira cegándome por completo, y sin ser consciente de mis actos, le propiné una cachetada en la mejilla. Aunque claro, abrí mi boca avergonzada de haberle dejado mis dedos marcados en su piel.
—Perdón pero… Yo… ¡Aish! —chillé—. ¡Yo tenía que gustarte! ¡Tenías que darme mi primer beso!
—¿Tu primer beso? —preguntó, pero lo ignoré.
—… Estuve como idiota, arreglándome, maquillándome, practicando, pensando que me ibas a querer por ser como soy… ¿Para que me digas que no te gusto, ni un poquito? ¡Estúpido hijo de…!
Cash tapó mi boca con su mano, sin dejarme terminar la maldición hacia su inocente madre.
—Espera, espera —me detuvo—. ¿Planeaste todo eso… solo para conseguir un beso?
Quité su mano de mi boca antes de responder:
— ¡Sí! Pero, como siempre, ¡nada le sale bien a la torpe Summer! Solo quería un beso, ¡mi primer beso! Ahora nunca lo tendré, y moriré con mis labios vír…
Una sensación cálida y húmeda cubrió mis labios, callándome… otra vez. Me tomó tres largos segundos darme cuenta que Cash estaba besándome, ¡en la boca! Abrí mis ojos como platos, y me quedé en blanco sin saber que hacer o donde ubicar mis manos. Pero no hacía falta ya que se separó con la misma rapidez que me silenció.
—Problema resuelto, no morirás —ironizó, poniendo sus ojos en blanco ante mi exageración.
Tardé en reaccionar y cuando lo hice, mis ojos se empañaron en lágrimas no derramadas, reemplazando la ira por tristeza. Aun así, quise confirmarlo.
—Me… Me besaste…
—Sí—asintió—. Y eso no significa que vaya a haber algo más entre nosotros, Summer. Sigues sin gustarme. Lo siento».
Volviendo al presente, me encontraba en el pasillo de los casilleros. Luego de lo que dijo Cash, había huido como una niñita que no conseguía lo que quería. En mi caso, yo sí lo conseguí, pero por alguna extraña razón no me gustaban los resultados.
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First kiss (FK #1)
Teen FictionTodos tenemos nuestro primer beso. Ya saben, ese momento que compartes con la persona que te gusta... o no. Claro, hay algunos que no lo dieron. Pero ellos no están tan desesperados como Summer Hamilton, una chica de 16 años que, ¡ja!, adivinaron, a...